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Aunque la legislación europea para regular IA pintaba más o menos potable, cambios de última hora que permiten a fuerzas policiales desplegar reconocimiento facial sin orden judicial han provocado, como es natural, bastante indignación. Un “you’ve been PSOE’d” a la europea.

“The German member of the European Parliament said the final text of the bloc’s new rules on artificial intelligence, obtained by POLITICO, was “an attack on civil rights” and could enable “irresponsible and disproportionate use of biometric identification technology, as we otherwise only know from authoritarian states such as China.”

Mientras tanto, incluso en países mucho más aversos a la regulación, se está prohibiendo el uso de tecnologías de reconocimiento facial (esta vez en escuelas). Aunque el hecho de que en primer lugar ya existan este tipo de tecnologías desplegadas en colegios, indica el tipo de distopía al que Estados Unidos se dirige a toda velocidad.

“Funcionarios de Lockport sostuvieron que la idea de implementar estas herramientas era permitir a los agentes de seguridad responder rápidamente a la aparición de empleados descontentos, delincuentes sexuales o ciertas armas que el sistema estaba programado para detectar. “

“Sin embargo, un análisis de la Oficina de Servicios de Tecnología de la Información (ITS) publicado “en agosto de 2023, “reconoce que los riesgos del uso de (la tecnología de reconocimiento facial) en un entorno educativo pueden ser mayores que los beneficios”. 

“El informe también señala que “la tasa de falsos positivos es potencialmente más alta para personas de color, personas no binarias y transgénero, mujeres, ancianos y niños”. El reconocimiento facial “solamente ofrece la apariencia de escuelas más seguras”, recoce la ITS en su reporte. 

Lo que ya sabíamos queda en negro sobre blanco: el Capitalismo IA no es capaz de existir sin robar el trabajo de creadoras y artistas. No se podía saber.

“The company’s admission that it could not profit without freely using human-copyrighted material comes as it faces significant lawsuits from collectives of famous authors, and from the New York Times. The paper is suing both OpenAI and Microsoft for “massive copyright infringement, commercial exploitation and misappropriation” of its work.”

Afortunadamente, también hay esfuerzos desde el ámbito académico para crear herramientas que protejan las creaciones frente a la depredación de las corporaciones tech. Nightshade y Glaze son dos buenos ejemplos de ellos.

“Nightshade seeks to “poison” generative AI image models by altering artworks posted to the web, or “shading” them on a pixel level, so that they appear to a machine learning (ML) algorithm to contain entirely different content — a purse instead of a cow, let’s say. Trained on a few “shaded” images scraped from the web, an AI algorithm can begin to generate erroneous imagery from what a user prompts or asks.”

¿Os acordáis de la burbuja de los NFTs? Una de las señales más claras de que, afortunadamente, este fenómeno está moribundo es que sólo ya se aproximen a él tipejos abyectos como Rubiales.

Mucho me temo que la próxima turra que se nos viene encima va a ser la de los smartphones basados en IA. ¿Nos solucionarán el día a día y nos ayudaran a filtrar el bombardeo informacional cotidiano? ¿Serán otro Metaverso que al final nadie usa? Está por verse.

“Whether a new piece of hardware is even necessary for users to interact with AI agents is an open question. “Only those who have lost touch with the way consumers use tech believe these products can succeed,” Francisco Jeronimo, a vice president for device data and analytics at the market intelligence firm IDC, wrote on X, referring to both Rabbit and Humane’s new products. “Although the ideas have merit on their own, the reality is that consumers don’t need these kinds of devices, they need intelligent phones!””

Estos enigmáticos patrones repartidos por el planeta no son crop circles hechos por alienígenas: son herramientas para calibrar satélites.

Muy interesante esta entrevista con Carlo Padial sobre su nueva novela “Contenido”, en la que vierte en forma de ficción situaciones vividas durante los años que estuvo trabajando en el medio digital Playground.

“Tenemos que recuperar la humanidad en lo que hacemos, por esto estoy contento del año de publicación por el cuestionamiento de las tecnológicas y la verbalización de lo que no es normal, del control del poder tecnofeudal y de la necesidad de hacer que las grandes empresas sean cuestionadas.”

Aunque este tema de Amon Tobin pertenece a su disco “Long Stories” que salió en 2019, hace poco ha salido este enigmático e hipnotizante videoclip que acompaña al tema.