20220126

Las víctimas de secuestros de cuentas en plataformas sociales ya no tienen que lidiar sólo con  las consecuencias de ser hackeadas, si no con las posteriores estafas de supuestos servicios de “recuperación”.

Sobre todo, me parece muy llamativo la forma en la que prueban esto para el artículo de Motherboard: con una cuenta nueva de Twitter, sin ningún seguidor, a los pocos segundos de tuitear “help my account got hacked”, varios bots automatizados comienzan la labor de “pesca” de la posible víctima.

Siguiendo en la línea de estafas online, las tácticas pueden ser tan sencillas como la de este caso. El señor Ozzy Osbourne se ha subido al carro de los NFTs (vergüenza ajena), y como tantos otros, gestiona su comunidad por Discord. En cierto momento cambiaron la URL de su server de Discord, y los estafadores lo tuvieron tan sencillo como registrar la anterior URL, y dirigir a los incautos que siguieran entrando a una web donde “verificar” su wallet de criptomonedas (para vaciarla, claro).

Aparte de los estafadores, ¿esto es culpa de Discord, del equipo de Ozzy Osbourne, del hype de los dichosos NFTs, o de qué?

Y por último, en este articulo podemos descubrir muy bien como el circuito tradicional de compra-venta de arte ya es refugio de fraude fiscal y blanqueo de capitales, sin necesidad de que haya blockchain de por medio.

“Secrecy, anonymity, and a lack of regulation create an environment ripe for laundering money and evading sanctions,” the report found. (…) The Rotenberg example and many other investigation details highlight the fact that, unlike selling stock or making routine bank transfers, art sales through auction houses are not subject to anti-money laundering provisions in the Bank Secrecy Act. When art is sold, according to the report, sellers are not required to confirm the identity of the buyer nor to make sure the artwork isn’t being used to launder dirty money.”

Se nos está vendiendo la web3 y el uso intensivo de blockchain como “descentralizador”, pero lo único que se está descentralizando es la capacidad para especular y financializar más aspectos de nuestras vidas. Ya hemos tenido una web descentralizada: se llamaba “Internet en los 90”.

“Los protocolos de internet no pertenecen a ninguna compañía, y la transparencia que piden los entusiastas de la web3 se ha llamado siempre software libre, que existe hace años. “Parece que las personas que intentan impulsar la agenda de la web3 han aprendido poco de otros movimientos como el software libre, ha señalado Francesca Bria, experta en políticas de digitalización en una entrevista para The Crypto Syllabus. “Lo que se está descentralizando es la habilidad para extraer valor y hacer dinero, incentivando aún más la financialización de comportamientos sociales”.

Estos primeros pasos en racionalizar el uso de vuelos internos en Francia es buena noticia, aunque más suave que los exigidos por las plataformas ecologistas. En principio se prohibirán todos los vuelos que puedan sustituirse por un viaje de tren de hasta 2 horas y media, aunque los grupos ecologistas piden que sea hasta 4 horas.

Respecto a un futuro bajo en carbono, este artículo apunta un par de verdades que creo muy acertadas. Una es que los países y empresas están reduciendo adecuadamente la inversión en combustibles fósiles, y la otra es que no estamos reduciendo la demanda y el consumo de esos combustibles fósiles, ni se está incrementando la inversión en otras fuentes de energía.

Con este plan, el futuro pasa por energía mucho más cara, o por una economía de decrecimiento (o las dos).

Hace pocos días nos dejaba Jean-Claude Mézières, el creador de Valerian y Laureline, obra de cómic fundamental para la ciencia-ficción tal como la entendemos ahora. En este artículo se encuentra un muy buen repaso a sus orígenes como dibujante, y a toda su obra.

Y algo bueno de lo que va a traer 2022 es, seguro, el próximo álbum de Ghost. Su nuevo single de adelanto me parece una maravilla.

20220119

Con la derrota de Trump en las elecciones de USA, el bochorno del ataque al Capitolio a principios de 2021, y declive general de esa combinación de religión y conspiranoia que es QAnon, parece natural pensar que la era de los majaderías alt-right ya está de salida.

Pero el prolongamiento de la pandemia puede producir el caldo de cultivo perfecto para los problemas que las conspiranoias antivacunas (la versión más reciente de estos cultos de extrema derecha) saben explotar mejor: el aislamiento, la incertidumbre, y la soledad.

“Cult-like extremist movements appear to provide an antidote to the potent mixture of isolation, uncertainty, changing narratives, and fear we have experienced during the pandemic by offering a skewed form of safety, stability, and certainty, along with a cohort of people who are just like us, who believe us and believe in us. As the activist David Sullivan—a man who devoted his life to infiltrating cults in order to extricate loved ones from their grip—pointed out, no one ever joins a cult: They join a community of people who see them. In 2022, this appeal of cults will only grow, and those that arise next year will make QAnon seem like the good old days.”

Introducir pagos privados con criptomonedas en una app como Signal no tiene que ser, a priori, una mala idea. Pero en este caso, quizá sea justamnete la excusa que necesitan los reguladores anti-encriptación para tumbar todo el producto: un disparo en el pie en toda regla.

“Last year, current and former Signal employees told me they were worried about what that combination would bring to the app. Anonymous transactions would likely attract criminals, they told me, and that in turn would attract regulatory scrutiny. Given that end-to-end encryption already faces legal challenges around the globe, they said, Signal’s addition of anonymous payments was a needless provocation. And it could give more ammunition to lawmakers who want to end encryption as we know it.”

En este artículo/ensayo se hace una muy buena retrospectiva del “milagro del plástico” como fenómeno de consumo. Desde el principio de siglo, pasando por la euforia de los 60, hasta la actualidad, en la que estamos cavando nuestra propia tumba (climática, y quizá biológica) a base de plástico.

“Slice into my round tummy the way they cut open dead albatrosses, and you will find plastic in both. It laces our salt, floats in our water, leaches from those silky pyramid teabags (a single bag can release 11.6 billion microplastic particles). And if you bottle-feed? That Pampered babe in your arms is sucking in somewhere between 1.5 and 4 million microplastic particles a day. Then there are the nanoplastics, particles small enough to wend their way from the gut into our bloodstream . . .We are not yet sure of the effects.”

“What made us think it would be swell to have a material that would not rot? Our horror of death, I suspect. Eager for immortality, we let ourselves be fooled.”

Y hablando de plástico, el artista Ekow Nimako da forma a estas esculturas usando sólo piezas negras de Lego. El resultado es espectacular, y trasciende el concepto del proio juguete o hobby.

“I’m making art,” said Nimako. “This is fine art. It’s not a hobby, it’s not a toy, it’s not part of the Lego fandom, it’s not goofy. It doesn’t fall into a lot of categories that Lego creations fall into.”

“Nimako considers himself to be a “futurist” who blends Africanfuturism, Afrofuturism and Afrofantasy. While Africanfuturism focuses on the experience of those on the African continent, Afrofuturism is more focused on the African American experience of looking into the future, drawing from the past and connecting to the continent, according to the artist.”

Decir que la dirección asistida eléctrica de los coches de hoy hace la conducción “menos auténtica” puede parecer de sibarita del volante. Pero si realmente esto hace que el acto de conducir sea más aburrido,  menos “engaging”, o si provoca que la persona que conduce esté menos alerta al estado “real” del vehículo, puede llegar a ser peligroso y provocar más accidentes.

“With sufficient motivation, cars can still be engineered to provide engagement, and an engaged driver is usually an alert one. But good steering takes time and costs money to develop and tune, on top of the increased bill of materials. So for now, an emphasis on steering is the preserve of expensive brands like Porsche. For cars built to a price, we’re still waiting for a 21st-century Parry-Jones to find a way to inject some fun.”

Podemos considerar “come-tarros” muchos de los manuales internos que las compañías distribuyen entre sus empleados. Casi siempre tienen el objeto de generar una narrativa sobre la misión de la empresa que confeccione cierta lealtad o sentido de pertenencia entre los que trabajan. No sé si será este el caso de este manual interno de Graphcore, pero al menos se han esforzado en que el apartado visual sea espectacular.

A través de este artículo descubro que con la Playstation 2 no sólo se podía jugar al Grand Theft Auto, si no producir música. Y en el caso de algunos géneros (como jungle/breakbeat), quizá casi a un nivel profesional, según opinan en este artículo.

Aunque para música electrónica, el nuevo álbum de Starcadian no tiene ni un minuto de desperdicio. All Killer, No Filler.

20220112

Tengo mucho respeto a Brian Eno como artista y músico, y tras leer esta entrevista en la que da su opinión sobre la cripto-burbuja de los NFTs, todavía más:

“Much of the energy behind crypto arises from the very strong need that some people feel to operate outside of a state, and therefore outside of any sort of democratic communal overview. The idea that Ayn Rand, that Nietzsche-for-Teenagers toxin, should have had her whacky ideas enshrined in a philosophy about money is what is terrifying to me. But I still don’t really understand what it is they think they’ve done. Maybe I just don’t get it!”

“I’ve been approached several times to ‘make an NFT’. So far nothing has convinced me that there is anything worth making in that arena. ‘Worth making’ for me implies bringing something into existence that adds value to the world, not just to a bank account. If I had primarily wanted to make money I would have had a different career as a different kind of person. I probably wouldn’t have chosen to be an artist. NFTs seem to me just a way for artists to get a little piece of the action from global capitalism, our own cute little version of financialisation. How sweet – now artists can become little capitalist assholes as well.”

En otro orden de cosas, ya tenemos más cerca el poder cambiar el coche de color según nos convenga. Aunque, como este prototipo está basado en la misma tinta electrónica que podemos tener en un lector de ebooks, los colores disponibles son blanco, negro, y las varias escalas de grises.

Aparte de la estética, las aplicaciones también pueden ser interesantes para, por ejemplo, controlar la temperatura (y que nuestro coche sea blanco en las horas del día más calurosas, reflejando más luz).

Un año más, y la sensación es, en parte, la de estar en el mismo sitio. Aunque la vacunación ha sido y sigue siendo la solución, aun no hemos llegado al pico de una sexta ola de contagios tremenda (cuyos efectos todavía están por cuantificar) y ya estamos sentenciando que esto es el coletazo final de la pandemia, o dando por hecho que ya podemos gestionarla como si fuera una gripe. 

Mientras tanto, en Euskadi la ocupación hospitalaria ya está a niveles de los peores momentos de Enero de 2021 , y la OMS prevee que el 50% de europeos se contagiarán en los próximos dos meses. En vez de estar continuamente proclamando cada 6 meses que ya hemos vencido al virus ¿no será más útil, realista, y ético, admitir que este problema es muy complicado y que es difícil saber qué va a pasar? Por lo menos, así lo creen los expertos que firman este artículo:

“Sería un error pensar que el advenimiento de ómicron nos acerca al final de la pandemia, o que es una “bendición disfrazada”. Esta forma de pensar traduce sin duda la fatiga acumulada en estos dos años y el legítimo deseo de ver superada de una vez por todas esta situación tan difícil. Sin embargo, no pasa de ser un ejercicio de “wishful thinking” que no toma en consideración la verdadera situación mundial de la COVID-19 y que sobresimplifica los hechos.”

“En definitiva, la evolución de la pandemia en 2022 será consecuencia de la capacidad de respuesta que seamos capaces de articular en clave española, europea y mundial. También, de nuestro comportamiento individual y social en la aplicación de las medidas que sabemos que funcionan. Y, por supuesto, de la capacidad de las autoridades sanitarias y los poderes públicos estatales, autonómicos y locales para anticiparse a los acontecimientos y adoptar de forma consistente y coordinada las medidas de salud pública necesarias tal como ya hacen varios países europeos. Sobre esto último, la experiencia de 2021 no nos permite por desgracia ser muy optimistas. “

La premisa que se relataba en el cómic “Una historia de violencia” de 1997 (adaptada al cine en 2005 por Cronenberg), a día de hoy es un poco más complicada de llevar a cabo. Y la “culpa”, en este caso, es de Google Maps.

Y gracias a las plataformas, también es posible que la Steel House de Robert Bruno, quizá más obra de arte que vivienda, pueda convertirse en un alquiler turístico años después de su muerte. En este artículo se relata la historia de Bruno, del edificio, y los esfuerzos de los entusiastas de la arquitectura para que la casa se siga valorando como la obra de arte que es, y no termine siendo un Airbnb más.

In a Texas Country Reporter interview recorded near the end of his life, Bruno said, “It would have been a lot easier to have a master plan from the beginning, but it wouldn’t have been better, just different, okay? Easy isn’t the only thing that matters, and if easy really mattered very much to me, I sure as heck wouldn’t be doing this. This is about spiritual values. The objective was not to move in and have a place to live; I can do that anywhere. The objective was to do something.” 

“I cannot imagine he would have someone not educated in architecture or art putting in a curtain for the sake of renting it out. For me, it’s just heartbreaking to see this slipping through my hands like water through a sieve.” Martinez is similarly despondent: “Now it’s being treated like a motel, and I think that’s wrong, ethically wrong. If I was a millionaire and I had the money, of course I’d buy it. But it sure as hell wouldn’t be for an Airbnb.” 

Sin querer serlo, los retratos de Sam Onche me parecen más cerca de las novelas de William Gibson que todo lo que acompaña a Cyberpunk 2077 (el videojuego, y el juego de rol).

Y un toque entre cyperpunk y gótico tiene este tema nuevo de IRYS, que salió a finales del año pasado y que todavía no había tenido la oportunidad de recomendar.