20220522

Parece sorprendente, pero en realidad el concepto de Planeta Tierra como un conjunto de sistemas interrelacionados es relativamente “nuevo”. Como se desgrana muy bien en este artículo, este concepto se empieza a forjar en los años 60, junto a la noción del fuerte impacto de la actividad humana sobre el ecosistema (lo increíble es que antes se pensara lo contrario), y tiene uno de sus exponentes en la muy recomendable obra “The Limits of Growth”.

Este planeta también forma una especie de “cuerpo político” nuevo, que quizá regirá los cambios políticos de las siguientes décadas, dejando el estado-nación en un segundo plano.

“The planet, I argue, has appeared as a new kind of political object. I’m not talking about the Sun-orbiting body of the Copernican revolution, or the body that the first astronauts looked back upon in the 1960s: Buckminster Fuller’s ‘Spaceship Earth’, or Carl Sagan’s ‘lonely speck’. Those are the planets of the past millennium. I’m talking about the ‘planet’ inside ‘planetary crisis’: a planet that emerges from the realisation that anthropogenic impacts are not isolated to particular areas, but integrated parts of a complex web of intersecting processes that unfold over vastly disparate timescales and across different geographies. This is the planet of the Anthropocene, of our ‘planetary emergency’ as the UN secretary-general António Guterres called it in 2020. The so-called planetary turn marks a new way of thinking about our relationship to the environment. It also signals the emergence of a distinct governable object, which suggests that the prime political object of the 21st century is no longer the state, it’s the planet.”

El mantra startupero de “Move fast and break things” puede tener sentido en algunas situaciones o fases tempranas de la empresa, pero también puede crear catástrofes cuando se usa sin sentido común, o sin empatía alguna por tus clientes. Grubhub, una plataforma estadounidense de reparto de comida, lanzó una promoción de 15$ gratis sin compra mínima y sin avisar previamente a restaurantes ni repartidores.

El resultado, un desastre para todos: restaurantes desbordados con miles de pedidos en pocos minutos, repartidores todavía más explotados, y consumidores cabreados. Desde Grubhub aun tiene el cuajo de admirar lo “bien” que ha funcionado la promo:

“A spokesperson from Grubhub sent BuzzFeed News a statement following the fiasco: “It’s clear, New Yorkers were hungry for lunch! While we knew 72% of New York workers call lunch the most important meal of the day, our free lunch promotion exceeded all expectations.”

Siguiendo con el mercado estadounidense, que en nuestro imaginario occidental es la punta de lanza del primer mundo, podemos encontrar sucediendo ahora mismo cosas tan poco primermundistas como la escasez de productos básicos: en este caso la “baby formula” (la leche para lactantes de toda la vida).

Entre la maraña de factores que están causando esta crisis en particular, está la hiperconcentración del mercado en dos o tres corporaciones, el paro de producción de una de ellas por razones sanitarias, y la rentabilidad menguante de este producto básico para las grandes empresas en un país en el que baja la natalidad. “Es el mercado, amigo.”

Tampoco son muy de primer mundo algunas de las prácticas de explotación laboral de Amazon que recoge Insider. Entre ellas, quizá lo más loco sea que exista un cupo de despidos anual a cumplir, lo que lleva a algunos managers a contratar a gente adrede para ser despedida y así poder conservar a la gente que ya tienen en sus equipos.

“Amazon has a goal to get rid of a certain number of employees each year, which is called unregretted attrition. Some managers at the company told Insider they felt so much pressure to meet the target that they hire people who they intend to fire within a year.”

¿Te has preguntado últimamente porque no dejan de aparecerte videos en instagram y youtube sobre el juicio de Amber Heard vs. Johnny Depp? La explicación es que la extrema derecha (con Ben Shapiro y The Daily Wire a la cabeza) está gastando bastantes miles de dólares en plataformas para extender desinformación sobre el juicio, y retratar a Johnny Depp como una víctima indefensa (cosa que dista mucho de ser).

Apollo 47 es un juego de rol narrativo sobre astronautas hablando por radio, cuyas reglas caben en una página. Te puedes comprar el PDF en itch.io, o bien puedes comprar el volumen en papel, que incluye 1 página de reglas, unas 20 páginas con consejos de cómo jugarlo.. y 1177 páginas de textos técnicos de la NASA. No tengo claro si esto es una troleada, un statement anti-editorial, o una performance de arte.

Y también hay astronautas en el arte de Andreas Claussen, quien los pinta transitando una tierra inundada que, quizá, sea el futuro de la nuestra.

Esta semana pasada nos dejaba Vangelis. Este disco me ha acompañado media vida, y sólo es uno entre las muchas maravillas que nos regaló. DEP.

20220512

Está pasando una cosa curiosa, y quizá preocupante. Las consecuencias del desastre climático ya no son terreno exclusivo de la ciencia-ficción: ahora también comienzan a asomar en las novelas realistas o en las comedia costumbristas. Quizá es que, simplemente, ya no es algo que pertenezca a un escenario futuro: es algo que tenemos encima.

“Ecological disaster and long-term fallout are no longer rare or surprising, and they’re not limited to specific parts of the planet. One-third of Americans said they were affected by extreme weather events in the past two years, and 2022 has already brought fire and floods. Those are climate change’s most obvious consequences, but its daily effects are subtle, creeping into our everyday lives. They’re showing up as rising food prices and rampant spring windstorms. Our changing planet is stressing our relationships and limiting our choices in the short and long term.”

“And that’s showing up in fiction. An increasing number of writers are weaving climate change into their domestic dramas or their comedies of errors as an unavoidable part of life today or in the very near future.”

Este artículo hace un muy buen análisis del “oligopolio” (concentración en unos pocos y gigantes grupos empresariales) en el que ha evolucionado la cultura popular. Especialmente revelador es el caso del cine, donde apenas hay grandes producciones que no sean remakes, reboots, o continuaciones de grandes franquicias establecidas.

Una de las explicaciones es que la gente que hace cosas “raras” e innovadoras tiene a su alcance más medios que nunca para auto-editarlas y promocionarlas de forma independiente,  y las grandes productoras prefieren poner el dinero en producciones seguras y que serán rentables. Pero nosotros como audiencia también hemos forzado esta situación: ante una proliferación tan gigante de oferta cultural, nuestro cerebro prefiere ahorrarse la carga cognitiva de descubrir, valorar, y elegir cosas nuevas, y elige terrenos conocidos para no “trabajar” tanto.

“As options multiply, choosing gets harder. You can’t possibly evaluate everything, so you start relying on cues like “this movie has Tom Hanks in it” or “I liked Red Dead Redemption, so I’ll probably like Red Dead Redemption II,” which makes you less and less likely to pick something unfamiliar.”

“Another way to think about it: more opportunities means higher opportunity costs, which could lead to lower risk tolerance. When the only way to watch a movie is to go pick one of the seven playing at your local AMC, you might take a chance on something new. But when you’ve got a million movies to pick from, picking a safe, familiar option seems more sensible than gambling on an original.”

Tras la hecatombe cripto de esta semana, si encontráis alguien que todavía defienda que esto no es una burbuja especulativa, y que inventos de bombero como las “stablecoins” son buenas ideas, es que quiere auto-engañarse o quiere engañarnos. Bueno, o que ha metido a su propio país en un berenjenal mucho peor del que ya estaba.

Me parece muy acertado este artículo cuando señala que los fans de lo cripto se quejan de que el mundo financiero está trucado (verdad), pero que lejos de querer hacerlo más justo para todo el mundo, simplemente sueñan con reinventarlo para que el trucaje les de ventaja a ellos:

“Diehard crypto supporters see automated digital finance as a way to prevent the next recession. The reason most crypto evangelists want this level of automation is because they believe the global financial system is rigged. They don’t want to make it more fair or less rigged, they just want to create a new, automated system that they have first mover’s advantage on. The problem is that automated finance is actually a terrible idea. No one can be trusted with our money and so we should let a series of internet protocols and pieces of code thoughtlessly manage it for us, the thinkings goes. Except, here we are, with crypto traders desperately lending out Bitcoins to bail out their sketchy algorithmic bank which they can’t turn off or pause because it’s completely automated.”

La apuesta de fabricantes como Apple, Google, o Amazon va cada vez más por el “ambient computing”, a saber: que nuestro ordenador personal (o sea, el smartphone) no esté sólo en nuestro bolsillo, si no que lo tengamos a todo nuestro alrededor.

Dejando aparte valorar lo que supondrá esto para nuestra ya maltratada privacidad, lo cierto es que como se cuenta en esta columna, para lograr esto Google tendrá que desprenderse de una cultura interna donde tradicionalmente cada proyecto va a su aire, y comenzar a pensar productos en conjunto.

Todavía no tengo en las manos esta nueva revista sobre videojuegos, pero con el elenco de ilustradoras e ilustradores que han elegido para este primer número, va a ser difícil resistirse.

Frente a los procesos actuales de reciclaje de smartphones, muy ineficientes y basados en el triturado, este prototipo de robot de Apple que desmonta iPhones apunta a la dirección correcta para intentar conseguir una producción más sostenible.

Pero los robots no sólo desmontan y reciclan, también pintan e inauguran exposiciones. Está a debate si esto se puede llamar “arte” o se les puede llamar “artistas”, pero desde luego nuestro presente ya es muy ciberpunki.

Y no sabemos si los robots de ahora serán artistas, pero este tema de Tove Lo y el espectacular videoclip del que va acompañado apuesta con toda seguridad a que serán capaces de amar (y de bailar).

20220511

En este artículo sobre la nueva novela de ciencia-ficción de Janelle Monáe se hace un buen repaso al llamado Afrofuturismo, corriente que abarca lo literario, pero también otros ámbitos como la música y el cine.

El Afrofuturismo como corriente artística reconquista el terreno de la ciencia-ficción del monopolio de una tradición colonial que pone al hombre blanco europeo en el centro.  Pero el movimiento no se queda en lo racial y también abraza nuevas perspectivas de género y de identidad:

“Science fiction is particularly rich terrain for Black authors to explore the evils of the world, because Blackness and technology have historically been in tension. For centuries, Black bodies were exploited and used as machines, sites of experiment, and other vehicles for white discovery. I’m reminded of HeLa cells, an immortal cell line widely used in medical research—including for the Covid-19 vaccine—and named for Henrietta Lacks, the Black woman from whose body the cells were taken without compensation or consent.”

“If the goal of Afrofuturist art is to create a new future, then the genre is not only inherently Black but also intrinsically queer. Some Afrofuturism writers, like adrienne maree brown, are openly queer, and cornerstone novels such as Butler’s Fledgling and N. K. Jemisin’s The Inheritance feature queer characters and relationships. More than that, the genre draws on the author bell hooks’ definition of queerness as not only “about who you’re having sex with” but rather “about the self that is at odds with everything around it and has to invent and create and find a place to speak and to thrive and to live.”

Mientras tanto, en África ya ha sucedido lo que quizá sea la antesala de nuestro futuro en todas partes. Debido a los disparados precios de la energía y combustibles, las areolíneas de Nigeria no pueden ni cubrir costes y cancelan la gran parte de sus vuelos en el país, aunque a día de hoy se sigue en conversaciones con el gobierno para intentar conseguir una solución alternativa.

La pasada semana me vi apuradísimo para conducir por Valencia en plena tromba de agua, atravesando una de las calles más inundadas, donde tuve el agua por encima de la mitad de la rueda prácticamente todo el trayecto.

No me quiero imaginar, por tanto, la gente que tuvo que repartir pedidos en bicicleta en estas condiciones, en una situación más precaria que nunca, y sin ninguna garantía ni seguridad laboral. Tampoco entiendo qué ocurre en la cabeza de la gente que hace pedidos viendo que suceden estos desastres climatológicos. Las plataformas de reparto no sólo han hecho cotidiana la explotación de los repartidores: están normalizando que nos explotemos entre nosotros.

“Aunque CNT señala que “es la empresa la que ofrece el servicio en todo tipo de situaciones” remarca que “nos parece indecente el egoísmo que destilan estas personas, que están viendo las lluvias torrenciales y aún así piden sabiendo que hay personas que se van a mojar”. Cantón añade que “el empresario quiere sacar beneficio, aunque sea a costa de las condiciones físicas de los trabajadores”.

Recomiendo muchísimo seguir en twitter a @nolesdescasito y prestar atención a sus estrategias para intentar detener la viralidad de la extrema derecha en plataformas sociales. En este artículo de su blog también tenéis una muy buena recopilación de sus propuestas.

Esta nueva técnica para obtener altavoces ultrafinos tiene un gran potencial de aplicaciones: no sólo llevar altavoces en la ropa, si no quizá forrar una cabina de avión de ellos y conseguir cancelación de ruido fácilmente.

Descubro a partir de este artículo el asunto de los “mixers” de criptomonedas. Aunque las transacciones en la blockchain son anónimas, todavía es posible rastrear la “ruta” que siguen algunos fondos, y estos servicios las “enmarañan” para que sea casi imposible seguir el rastro.

Aunque el objetivo inicial de estos servicios es aportar más privacidad, países como Corea del Norte (que cuando les viene bien sí que son capitalistas) las usan para blanquear el dinero proveniente de sus hackeos y fraudes online, y USA ha comenzado a sancionar estos mixers para ponérselo más dificil.

Otro tipo de sanción ha venido por parte de John Deere, un fabricante de tractores que aplica una política anti-reparaciones similar a la de Apple. En este caso, la restricción ha tenido un uso positivo: el fabricante ha inutilizado de forma remota muchos tractores ucranianos, parte del botín de los pillajes al que las tropas rusas invasoras someten a la población.

Este tema de Zack Bornheimer está claramente hecho en clave de jazz, ¿pero no os parece que esos acompañamientos y baterías huelen a Dream Theater en algunos momentos?

20220504

En esta serie de artículos del MIT Technology Review, se analiza muy bien cómo la “economía de los datos” y los algoritmos potenciados por Inteligencia Artificial están contribuyendo a reforzar desigualdades que existen desde los tiempos del colonialismo europeo en países como Sudáfrica, Venezuela, Indonesia, o Nueva Zelanda.

“The AI industry does not seek to capture land as the conquistadors of the Caribbean and Latin America did, but the same desire for profit drives it to expand its reach. The more users a company can acquire for its products, the more subjects it can have for its algorithms, and the more resources—data—it can harvest from their activities, their movements, and even their bodies.”

“Neither does the industry still exploit labor through mass-scale slavery, which necessitated the propagation of racist beliefs that dehumanized entire populations. But it has developed new ways of exploiting cheap and precarious labor, often in the Global South, shaped by implicit ideas that such populations don’t need—or are less deserving of—livable wages and economic stability.”

Desde luego, que la maquinaria de desinformación de Putin tenga convencida a parte de la población rusa de que el genocidio que está cometiendo contra la población ucraniana es en realidad “liberarles de los nazis”, es un nuevo hito en lo que a fake news se refiere. Pero como comentan en The Atlantic, Putin está simplemente siguiendo a pies juntillas el manual de los dictadores soviéticos que le precedieron:

“The Russian president is the latest in a long line of dictators to manipulate history and manufacture enemies to rally the population against and secure his own hold on power. Past Soviet leaders have drawn on the same core themes, and I have seen this playbook in action in China and North Korea, where Xi Jinping and Kim Jong Un insist that they too are defending their nations against hostile foreign adversaries.”

“But how can you stop people remembering things?” asks Winston in 1984. “How can you control memory?” One might well ask the same question of Putin, Xi, and Kim and their own efforts to control the past. They cannot determine what individual citizens think or the individual memories they hold, but they can decide what is presented on the evening news and the information that is available on the internet, and they can make it dangerous to challenge the official line in public.”

¡Hablando de métodos de desinformación! Sobre Musk y Twitter, seguro que muchos nos seguimos preguntando si esta opa hostil es lo que pasa cuando un billonario tiene un calentón o está en plena crisis de los 40.

Aunque quizá, como se apunta en este artículo, la cosa es un poco más compleja, y Musk es uno más de un grupo de millonarios tech que, tras el baneo de twitter a Trump por instigar el intento de golpe de estado en el capitolio, trabajan activamente para que Twitter vuelva a ser el altavoz para la extrema derecha de USA.

“In March, Mr. Musk placed a call to Seth Dillon, the CEO of the Babylon Bee. The Bee, a right-leaning satirical publication modeled after The Onion, had been suspended from Twitter for a tweet that mocked a prominent transgender female government official as “Man of the Year.” During the call, according to Mr. Dillon, Mr. Musk asked to confirm that it was true that the website had been suspended for the infraction, and mused that he might need to buy Twitter.”

“People who have spoken to him and his team recently say Mr. Musk remains dismayed that former President Donald Trump is still barred from the platform.”

Es curioso ver como Snap (anteriormente Snapchat), después de inventar el formato de video que conocemos como “Stories” y que sería copiado por todas las plataformas, se ha reconvertido en una empresa de productos de hardware (siempre relacionados con el vídeo o la fotografía). El último: este mini-dron que cabe en el bolsillo y que está pensado para ser muy fácil de usar, y que baja la barrera de entrada para gente que nunca ha usado un dron.

Esta interesante visualización echa un vistazo con qué tipo de gente pasamos el tiempo  (en media) conforme avanza nuestra edad. Aunque siempre hay una constante: como es natural, todo el mundo pasa un rato al día consigo mismo.

“However, the trends make sense. In our younger years, we spend a lot of time with our parents and siblings. By middle age, work takes a lot of time and we see co-workers on the regular. Time with the kids peaks in the late 30s and early 40s.”

“It’s interesting to see the percentage rise for neighbors and acquaintances as we get older. I didn’t expect that, but it also seems to make sense. Friends and family pass away and we move into different living situations.”

“Then there’s alone time that mostly holds steady throughout our lives. Usually at some time during the day we’re alone.”

Históricamente, mujeres y minorías raciales lo tienen peor para encontrar trabajo o desarrollar negocios. Pero este estudio apunta a que actualmente, y al menos para el networking, resaltar en la comunicación género o raza (cuando están infrarepresentados), puede incrementar las probabilidades de recibir respuestas frente a cuando no se indica explícitamente.

Una posible explicación es que ahora estamos más concienciados de nuestros propios sesgos, y el ser conscientes de que estamos atendiendo a un colectivo infrarepresentado nos hace querer comportarnos mejor. Esto quizá puede bloquear los sesgos que normalmente se dispararían. ¡Los tiempos cambian, afortunadamente!

“Why is it so important to mention that you’re “a woman in STEM” or “a Black man pursuing a law degree”? Our research suggests that drawing attention to your marginalized identity or minority status reminds people on the receiving end of your message that bias could influence their decision-making. That reminder, in turn, may motivate them to monitor their own reaction more closely and behave more helpfully.”

En esta recopilación de cuando en cuando tiene que incluirse un Cyberdeck, esa especie de versión retro-futurista de un ordenador portátil. Este, además de bonito, pinta un poco menos voluminoso y más usable que otros de sus congéneres.

Este tema de Moderat, además de parecerme una joyita, va acompañado de un tremendo videoclip que incluye varias escenas de baile (y sabotaje) en un data center. Así sí.