Seguro que ya te has hartado de verlas, pero las primeras imágenes que ha proporcionado el nuevo telescopio espacial James Webb de la NASA son espectaculares, y todo un hito para la ciencia y el conocimiento humanos. Que desde nuestra pequeña roca seamos capaces de ver con esta nitidez las galaxias de “nuestros alrededores” nos enseña todo lo que todavía nos queda por descubrir.
Mientras tanto, los efectos nocivos de nuestra actividad en el clima del planeta son cada vez más evidentes, y a día de hoy ciudades como Monterrey están ya al borde de una situación distópica.
“Al inicio, el programa Agua para Todos —un día de recorte a la semana, dependiendo de la zona, para garantizar la estabilidad del suministro— fue anunciado como una acción hasta solidaria. Pero fue insuficiente y las medidas más drásticas iniciaron el pasado 4 de junio, cuando las autoridades anunciaron que solo se garantizarían seis horas de agua, de las 4:00 a las 10:00 de la mañana.”
“En otras partes del estado, la gente pasa días sin agua. Han bloqueado calles para exigir que las autoridades envíen más ‘pipas’. Han robado contenedores y botes de basura para almacenar el agua, después de que desaparecieran de las tiendas en un frenesí de compras tras el anuncio de los recortes. Y, mientras tanto, en San Pedro Garza García, el municipio más rico de Latinoamérica, activistas denuncian que varios campos de golf no han dejado de regarse diariamente con agua potable.”
Puede parecer que la sequía extrema que vive Monterrey y otras grandes urbes de México nos pilla muy lejos, pero a la vista de las olas de calor e incendios que estamos sufriendo en España, creo que simplemente van unos escalones por delante en la misma escalera que subimos nosotros: la de la desertización.
“Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), “para nuestros nietos, serán normales los veranos como el peor de la historia y para sus hijos, será hasta fresco”. Córdoba será la nueva Bagdad: sufrirá cinco días a 47/48º, cuando la temperatura más alta jamás registrada en España es de 46,9º. Son cifras propias de Irak.”
Esta idea de concepto propone mini-camiones de la basura eléctricos y autónomos en París, donde los camiones de basura actuales forman atascos de tráfico en las calles más estrechas del centro día sí y día también. Aunque bueno, parece que incluso cuando miramos al futuro seguimos imaginando ciudades coche-centristas, dando por sentado que va a seguir habiendo combustible y coches para todos. Y ya veremos.
El trastorno afectivo estacional veraniego es una especie de depresión en la que intervienen factores como las altas temperaturas, pero también la sensación de soledad cuando toda la gente de alrededor parece celebrar sus vacaciones con felicidad.
Ninguna sorpresa con que este trastorno se vea agravado cada vez más por las desigualdades económicas y por nuestro uso de plataformas sociales en Internet:
“Al mismo tiempo, existe un factor socioeconómico asociado a este tipo de depresión. Habituados a asociar el verano con una época de derroche y puro ocio, las personas que por su situación laboral o económica no tienen acceso a este tipo de vacaciones pueden ver intensificada su ansiedad, sintiéndose en una posición de debilidad o exclusión con respecto al resto de la sociedad que, como falsamente tiende a pensarse, sí estará aprovechando el verano de la mejor forma posible. Si de por sí la situación no fuera complicada, esta se ve, en todas sus aristas, consecuentemente agravada por el auge de las redes sociales, plataformas que dibujan estilos de vida alejados de la realidad y, en muchas ocasiones, absolutamente ficcionados.”
Hablando de plataformas sociales y de Internet: hasta Google está dejando de ser “atractivo” para las generaciones más jóvenes, que ya usan más TikTok o Instagram para realizar búsquedas en Internet.
Con todo lo problemático que es que Google sea el monopolio de búsqueda, al menos los resultados que arroja provienen de un análisis previo de las webs reales que forman la telaraña de Internet. Si cambiamos esa búsqueda por las plataformas, estaremos cumpliendo el sueño de Zuckerberg y tantos otros: que no tengamos Internet, pero que tengamos Facebook/Instagram/Tiktok.
Y hablando de oligarcas de Internet, esta reciente acción artístico-gastronómica en Nueva York propone comernos a los ricos de una vez, aunque sea metafóricamente y en forma de helado.
Ya estaba tardando en aparecer lo nuevo de Perturbator por aquí. Esta colaboración con Johannes Persson acerca el sonido del artista electrónico a sus orígenes black-metaleros.
20 minutos en el futuro se pone en modo vacaciones el resto del verano ¡Nos vemos en Septiembre!