Las “celebrities” quizá sean las personas menos millonarias de entre los millonarios (el patrimonio de Jennifer López es una fracción del 1% del patrimonio del fundador de Amazon), pero aun así la distancia de su día a día con la persona de a pie es abismal.
Como se reflexiona en este artículo, en circunstancias normales, esta distancia se puede “tapar” porque la celebrity es una figura “aspiracional” que parece más accesible. Pero durante el confinamiento, esto comienza a no sostenerse, porque es dificil tener empatía con gente “encerrada” en mansiones de lujo con clínicas de salud y gimnasios personales:
“One of the ironies of this moment is that though we feel less like stars than ever, they seem to feel more like us — or at least, what they think it must feel like to be us. DeGeneres is going “stir-crazy” from having to stay inside her enormous home; Katy Perry has lost track of the days she’s spent inside her enormous home.”
Fascinante mirada al día a día de un creador de fake-news y de un fact-checker. Comento poco porque hay un plot twist que, al menos, crea un debate muy interesante y da que pensar. Así que, si lo lees, ¡que sea hasta al final! (justo al contrario de lo que hace la gente que se traga las fake news). Gracias a Marta por el enlace.
Y siguiendo con las fake-news, cuando leí que en UK habia gente intentando quemar antenas de 5G “para que no se propagara el coronavirus”, creía que debía ser un titular del equivalente de El Mundo Today británico. Pero es todo cierto: puro J. G. Ballard ocurriendo ahora mismo.
Como mucha gente, esta semana me enganché completamente a Tiger King y me fumé la temporada completa en menos 3 dias, sintiendo horror y fascinación a partes iguales, y con una sensación continua de que todo lo que veía no podía haber ocurrido en la realidad. Viendo esta mini-serie documental se entiende mejor cómo son posibles las chaladuras alt-right de USA (o, en general, las chaladuras alt-right que se están reproduciendo en todas partes).
En el artículo, también se reflexiona sobre la descarada preferencia de la sensación sobre la objetividad en la mini-serie, y cómo Netflix sabe apostar por la carnaza que sabe que vamos a convertir en viral entre todos (yo, aquí, incluido): “It’s a phenomenon fueled by our need to seek resolution where there often is none to be found. In the absence of finality, we post into the infinite. The tyranny of the internet bleeds into the real world: if there’s enough content, eventually, that content becomes real life. We are consumed by the tiger king.”
El pivote forzado al trabajo en remoto también está provocando situaciones muy mal gestionadas en las empresas, como “tele-despidos” en masa via Zoom en algunas startups: “People were crying and people were panicking,” said one employee who was abruptly let go on the videoconference. “It was like 100 different videos of just chaos.”
Cuando pienso en Winsor McCay, pionero del comic y de la ilustración, siempre tengo en la cabeza las preciosas tiras de El Pequeño Nemo. Pero hay mucho más: el artista dibujó constantemente sobre problemáticas sociales de su época, o sobre sus propias visiones apocalípticas del futuro.
Quizá es una frivolidad pensar en estas cosas durante esta crisis (o quizá es sano), pero la Evercade y sus cartuchos recopilatorios retro tienen una pintaza increíble.
Demostrando que menos es más, Amon Tobin y Thys lanzaron hace unos pocos días un pequeño EP con apenas cuatro cortes de menos de 3 minutos cada uno, pero que casi exigirían una película entera adrede para acompañarlos.