20200122

La otra pasión literaria de esta recopilación aperiódica, además de la ciencia ficción, es el relato corto. Así que empezar con un relato corto de ciencia-ficción es: doble satisfacción.

Leyendo este relato cyberpunk-bélico (no es casualidad que lo escriba un coronel del ejército de USA), no podía evitar pensar en cómo gran parte de la tecnología con la que contamos hoy en día tiene su origen en investigación militar producida durante la Segunda Guerra Mundial o la Guerra Fría (Internet, Comunicaciones Móviles, Satélites, Inteligencia artificial). Los early-adopters del cutting-edge tecnológico los encontramos, casi siempre, en la guerra o en el crimen organizado, a lo mejor porque una cosa no es tan distinta de otra. Gracias a Jacinto por el enlace.

Parece que el género “estuve trabajando en startups de Silicon Valley y mirad qué horror” está ya completamente consolidado (yo, al menos, he leído ya Disrupted y Chaos Monkeys). Seguramente es porque hay material de sobra para llenar libros y libros.

Nuestro Santo Patrón reflexiona sobre escribir ficción especulativa en los tiempos que corren, la dificultad de tener que re-plantear su nueva novela tras el resultado de las elecciones estadounidenses de 2016, o cómo ha cambiado la experiencia de leer una novela teniendo a mano Wikipedia, Google, y Maps (William Gibson produce, para mí, la literatura más googleable de la historia).

A destacar este fragmento, que para mí es la clave de por qué disfruto del tipo de ciencia-ficción que él escribe: Gibson has said in the past that he’s more interested in writing about the human reaction to technology than technology itself. And what started him writing SF as an adult was that missing human element: “What the science fiction of my youth generally seemed to lack was … everything that made literary naturalism a radical proposition.”

Los openings de la Flota Estelar se estaban creando en un estudio de mi ciudad, y yo con estos pelos.

Si aún no hemos conseguido organizarnos y vivir sin relaciones de poder entre nosotros, deberíamos, al menos, asegurarnos de que el poder está repartido. Y de momento, como cuenta este artículo, vamos a peor.

Yo objetaría a este artículo que no reaccionan así sólo los jóvenes, reaccionamos así todos. También objetaría que el artículo se olvida convenientemente de que, gracias a Internet y Redes sociales, las personas con ansiedad social o depresión también han conseguido construir relaciones y redes de apoyo a su alrededor que no podrían haber construido de otra manera.

Estas fotos del Tokyo nocturno son de Stendhalazo.

Dale un chavo al Brujero,
no seas tacaño, no seas tacaño,
ooooooooooh.

Dale un chavo al Brujero,
se lo está currando.