20210518

Aprovechando la reciente reentrada incontrolada del cohete Long March 5B (premeditadamente “dejado caer” por China), en este artículo se apunta muy acertadamente que el verdadero peligro no es tanto la probabilidad de que una reentrada de este tipo nos caiga encima (casi es más probable tener un accidente de coche), si no la cantidad de basura espacial que llevamos generando en órbita, y que llegados a cierto punto podría dificultar mucho la actividad espacial: “Uno de los problemas de la basura espacial es que puede causar daños a otros vehículos o dispositivos operativos. “Por ejemplo, una colisión con un objeto de 10 cm causaría la fragmentación catastrófica de un satélite típico, un objeto de 1 cm probablemente desactivará una nave espacial y penetrará los escudos de la ISS, y un objeto de 1 mm podría destruir subsistemas en un satélite”, nos señalan desde la ESA. (…) “En el escenario más probable, los fragmentos chocarán inicialmente con objetos grandes e intactos. Entonces, los fragmentos de colisión resultantes comenzarán a colisionar con otros objetos grandes e intactos, etc., y finalmente los fragmentos de colisión colisionarán con los fragmentos de colisión hasta que todos los objetos restantes se reduzcan a tamaños subcríticos”, añaden. Este proceso “de colisión en cascada y autosostenido” -conocido como efecto Kessler- resultará en un crecimiento exponencial de la población de objetos, con consecuencias entre otras cosas para las operaciones diarias de las naves espaciales.” 

Hablando de esto, no puedo dejar de pasar la oportunidad de recomendar Planetes, un excelente manga y anime, que justamente tiene como uno de sus temas centrales la problemática y peligros de la basura espacial.

La ley Rider puede no ser perfecta, pero es una gran noticia: por fin se dan los primeros pasos para detener una acelerada deriva de precarización laboral, con la que se está intentando extraer beneficios de “negocios” que no lo podrían ser si tuvieran la mínima relación legal exigible con sus empleados.

Lo lamentable es que incluso precarizando el empleo, estas plataformas ni siquiera consiguen dejar de perder dinero, aunque para el negocio que tienen fundadores e inversores en mente quizá cubrir costes no es un requisito.

En este artículo se trata de analizar un fenómeno global: la clase trabajadora en distintas partes del mundo adopta posiciones cada vez más ultra-conservadoras. Una de las razones es la necesidad de encontrar chivos expiatorios a los que odiar y culpar de su situación actual (que, en la mayor parte de las ocasiones, está fomentada y sostenida precisamente por los partidos a los que dan su voto): “That is why Britain and America feel like they are societies which cannot be mended now. The working class has made its choice, and its choice is for xenophobia, rage, ugliness, stupidity, hate. Give them someone to hate, and it seems, they will reward you by turning a blind eye to everything else. Their own lives falling apart. Their own exploitation and ruin. Their own dehumanisation and commodification as mere disposable cogs in a machine of profit. As long as you give today’s working classes someone to hate, you can get away with anything, and I mean anything.”

Aunque, en mi opinión, el autor de este artículo cae enseguida en lo más fácil y paternalista: echar la culpa a los trabajadores por “votar mal”. De forma muy conveniente (para él, claro), ignora otro factor igual de importante: el fracaso de los partidos socialdemócratas tradicionales en Europa, que no han planteado una alternativa real a las políticas neoliberales (o que en muchas ocasiones, incuso las ha implementado), y que  ha dejado a su suerte a la clase trabajadora. De aquellos barros, estos lodos.

Y, como se apunta también en el articulo anterior, el chivo expiatorio principal del Trumpismo Británico (el Brexit) han sido los europeos. Y ya estamos asistiendo a las primeras consecuencias: ciudadanos europeos con derecho a asistir a entrevistas de trabajo en UK a los que se les mantiene días en centros de detención, con los móviles requisados, y que son expulsados del país: “María, 25, from Valencia, said that like many of those detained, she thought she was free to explore the job market at least until October, especially since she had lived and worked in the UK before. María said that when Border Force officials at Gatwick said they would expel her, she offered to pay for a flight home the same day. Instead, she was sent to Yarl’s Wood, where she spent three anxious days. “I’m still in shock,” she said.”

“Eugenia, a 24-year-old woman from the Basque region of northern Spain, reached Gatwick on Sunday 2 May on a flight from Bilbao. She planned to look for a job offer, go home to apply for a visa and then return to live with her Spanish boyfriend, an NHS worker who has been in the UK for four years. “I had a return ticket and had filled out an online travel form in which I explained all that,” she said. At Gatwick, Eugenia had her mobile phone taken away and was locked in a holding room for 24 hours, sleeping on a fold-out bed with half a dozen others. Then she was put on a flight to Barcelona along with another Spanish woman who had arrived for a job interview.” 

GNOD, o la Global Network of Discovery, es como me gustaría que se usara la Inteligencia Artificial en Internet: un recomendador que no depende de plataformas, en el que no hace faltar registrarse, y financiado mediante apoyos en Patreon.

Travis Chapman sabe que los memes son, al menos en parte, Arte. Y él se dedica a crear más Arte rindiendo tributo a esta verdad.

Otra pequeña obra de arte es la Arduboy FX: una pequeña consola retro apenas más grande que una tarjeta de crédito y que viene con más de 200 juegos indies que exprimen todo el jugo posible a los pocos píxeles que caben en su pantalla.

YukoEXE es vaporwave, idol, kawaii, cyberpunk, y metal, todo mezclado y agitado (vale, y con bastante purpurina).