20221115

No sé muy bien cómo empezar a describir el espectáculo dantesco de la primera semana de Twitter bajo el mandato Musk: llamar a ex-empleados despedidos el día anterior para volver a ofrecerles sus puestos de trabajo, sistemas de verificación activados y desactivados varias veces de un día para otro, avalancha de cuentas “verificadas” secuestrando la identidad de grandes marcas, y (de momento) el abandono de este nuevo modelo de subscripción para verificaciones.

En muchos casos tenemos todavía vigente una cierta mitomanía neoliberal según la cual  billonarios lo son porque son más capaces, innovadores, o visionarios que el resto de los mortales. Me temo que los bandazos y ocurrencias de adolescente de Musk nos demuestran todo lo contrario.

Hablando de billonarios, parece que las vacas flacas llegan al Zuckerverso. La primera evidencia es el despido de 11,000 empleados, y la causa puede deberse a una combinación de mala dirección, escasa innovación, y empeñarse en meter en calzador un producto (el Metaverso) que nadie parece necesitar:

“There is evidence that Facebook—once a dominant monopoly rightly blamed for all sorts of societal ills—is on the precipice of dropping out of this group through years of sheer mismanagement, a failure to innovate, setting money on fire in pursuit of a metaverse that seemingly no one wants, a vulnerable business model that Apple is squarely taking aim at, and upstart competitors like TikTok that the company seemingly has no answer for.”

La guinda del pastel de esta serie de billonarios fallantes ha sido el estropicio del exchange crypto FTX, cuya dirección ha dilapidado dinero de sus clientes en inversiones propias, esfumando los capitales. Ojo porque, al parecer, el propietario incluso contaba con una backdoor secreta con la que transfería capitales y modificaba secretamente los libros de cuentas. De película.

El camarote de los hermanos Marx que ha sido Twitter en las ultimas semanas nos ha llevado muchos a explorar Mastodon, la alternativa descentralizada y de software libre. Pero es importante que tengamos en cuenta las perspectivas de la gente que lleva más tiempo allí, y ser conscientes de que se trata de un espacio diferente, con otros principios y valores, donde se huye de la búsqueda constante de relevancia y reputación. Este artículo expresa bien los sentimientos enfrentados que provoca en los “locales” la avalancha de nuevos usuarios en el fediverso.

“It’s not entirely the Twitter people’s fault. They’ve been taught to behave in certain ways. To chase likes and retweets/boosts. To promote themselves. To perform. All of that sort of thing is anathema to most of the people who were on Mastodon a week ago. It was part of the reason many moved to Mastodon in the first place. This means there’s been a jarring culture clash all week as a huge murmuration of tweeters descended onto Mastodon in ever increasing waves each day. To the Twitter people it feels like a confusing new world, whilst they mourn their old life on Twitter. They call themselves “refugees”, but to the Mastodon locals it feels like a busload of Kontiki tourists just arrived, blundering around yelling at each other and complaining that they don’t know how to order room service. We also mourn the world we’re losing.”

A pesar de la imagen negativa que tenemos en nuestro imaginario colectivo, la estimulación eléctrica del cerebro viene usándose desde 1940 para tratar enfermedades como el Parkinson o la depresión, si bien su eficiencia varía mucho de individuo a individuo. Una vía para mejorar esto puede ser personalizar esa estimulación eléctrica para cada paciente.

Desde luego, que un implante “vigile” tu estado neuronal y lo “corrija” es una distopía total. Aunque para una persona con depresión, quizá puede significar una gran diferencia. Habrá que ver.

“Now Shanechi and her colleagues are working to create what they call a “closed loop” system. It’s a device that tracks brain activity, recognizes when things are going awry, and automatically stimulates the brain to bring things back to “normal”—whatever that might be for any individual.”

“Eventually, Shanechi hopes, such models could be used alongside wireless brain electrodes. There’s tantalizing evidence that it could work, demonstrated by a woman called Sarah. A team at the University of California, San Francisco, implanted a similar closed-loop system to track a specific pattern of brain activity that seemed to become apparent when Sarah’s depression symptoms were particularly bad. Not exactly a mood decoder, but a “neural sensor.” The device would then deliver a pulse of electricity. hi says.”

“And it seemed to work. As Sarah said at a press conference last year: “My depression has been kept at bay, and that’s allowed me to start rebuilding a life that’s worth living.”

Wakanda Forever me ha parecido algo más que un tributo a Chadwick Boseman: es una peli seria, ligeramente más adulta y anticolonialista que lo acostumbrado en Marvel. Eso sí, cuando es tributo, va muy directa a la patata.

Gracias a este artículo descubro los “Edificios lápiz” japoneses, una curiosa tendencia arquitectónica fruto del boom demográfico y cierto “estrechamiento” cultural del espacio privado.

También descubro a mis años la SCP Foundation, un proyecto de ficción colaborativa donde multitud de personas lleva años creando archivos de seres u objetos sobrenaturales, que esta fundación ficticia se encarga de contener. Si empezáis a leer alguna, que sea la máquina de café.

Hace un par de semanas tuve la suerte de poder ver a LORDI en directo. Este año han sacado nada más y nada menos que 7 álbumes nuevos, que profundizan en estilos distintos. Naturalmente, uno de mis favoritos es “Humanimals”, el álbum dedicado al AOR de los 80’s, y que se abre con este tema.