Durante más de un año, una agencia rusa de diseño ha convertido en “viral” a su diseñador estrella, quien no era más que una red neuronal entrenada para generar ideas de posibles logotipos.
Viendo el aspecto visual de las creaciones, parece que todavía queda trecho hasta que una IA puede llegar a sustituir a diseñadores humanos. Al fin y al cabo, los logos eran para el mercado Ruso, que parece tener sus “peculiaridades” al respecto.
Y siguiendo con el tema de los Modelos Neuronales creativos, Open AI ha lanzado hace poco la nueva versión de su modelo de lenguaje natural: GPT-3. Aunque en este artículo no se hace mención a nuestra aplicación favorita de GPT-2 (AI Dungeon, cuya versión premium también funciona ya con GPT-3), los primeros experimentos con la API de GPT-3 que Open AI está empezando a abrir son sorprendentes: desde crear tablaturas de guitarra a escribir código JSX para web con descripciones textuales (“Una landing page con 3 botones, por favor”).
En todo caso, como los habituales de AI Dungeon bien saben, está claro que los resultados del sistema son más divertidos que útiles, y que queda mucho para poder tener outputs coherentes (suponiendo que tal cosa sea posible para una IA): “But GPT-3 often spews contradictions or nonsense, because its statistical word-stringing is not guided by any intent or a coherent understanding of reality. “It doesn’t have any internal model of the world, or any world, and so it can’t do reasoning that would require such a model.”
Y para despistar a otro tipo de algoritmos (los de reconocimiento facial), sin dejar de lado la creatividad visual y artística, es para lo que ha nacido CV Dazzle. Cyberpunk 100%.
Con su clásico “1984”, Orwell diseccionó de forma brillante los mecanismos de los estados autoritarios para perpetuarse someter a la población, y sobre todo, mostró de forma brillante cómo el poder y la autoridad son un fin en si mismo, que tiene en el dolor inflinjido su única medida posible: “The rulers of Orwell’s State know that power in its pure form has for its true end nothing but itself, and they know that the nature of power is defined by the pain it can inflict on others. They know, too, that just as wealth exists only in relation to the poverty of others, so power in its pure aspect exists only in relation to the weakness of others, and that any power of the ruled, even the power to experience happiness, is by that much a diminution of the power of the rulers.”
Aun así, construir y mantener una dictadura autoritaria como la descrita por Orwell implica cantidades ingentes de trabajo y coordinación. Por suerte para los aspirantes a Gran Hermano, en Rusia Vladimir Putin ya lleva años ensayando aproximaciones más “baratas” de conseguir esto, y su alumno aventajado Trump ya las está poniendo en prática en Portland: “Welcome to the world of performative authoritarianism, a form of politics that reached new heights of sophistication in Russia over the past decade and has now arrived in the United States. Unlike 20th-century authoritarianism, this 21st-century, postmodern influence campaign does not require the creation of a total police state. Nor does it require complete control of information, or mass arrests. It can be carried out, instead, with a few media outlets and a few carefully targeted arrests.”
“The attack on demonstrators in Portland is like that: a performance designed to show just how much Trump dislikes “liberal” Americans, “urban” Americans, “Democrat” Americans. To put it differently (and to echo my colleague Adam Serwer): The chaos in Portland is not an accident. The chaos is the point.”
En USA, al no haber prácticamente sistema público de sanidad, casi todos los tests de coronavirus los están haciendo clínicas privadas. Las clínicas pequeñas-medianas, en vez de comprar el software que conecta sus sistemas de información con hospitales (que ronda los 5000$), siguen mandado todos los resultados por fax (que sí que cumple con las normativa de privacidad).
El resultado: montañas y montañas de papeles, datos sobre tests incompletos, duplicados, o dirigidos al departamento inadecuado. Consolidar y corregir estos datos está llegando a costar hasta 14 o más días, en una situación crítica donde la curva de contagios en USA está descontrolada.
¿No era lo privado una garantía de “innovación” y de “eficiencia”? Parece que en este caso, todo lo contrario.
La prática del “Randonauting” (generar coordenadas aleatorias próximas a tu ubicación, e ir andando hasta ellas) parece una manera divertida de prestar más atención a tu entorno local/barrio, y de estimular la generación libre de ideas o de conexiones. Eso sí, cuando los creadores de la app se ponen a hablar de “aleatoriedad cuántica” y de cómo la intención humana “puede influirla”, el tema ya se pone bastante más magufo.
Esta banda de rock psicodélico/progresivo cambió los trastes de sus guitarras y bajos con la disposición de una Baglama Turca (más o menos), y el resultado te sorprenderá.