20211110

La fiebre del “Metaverso” no es nueva. El término viene de una novela de Neal Stephenson, que a su vez ya estaba bebiendo de otros escritores como William Gibson. Por cierto, que Sephenson ya ha corrido a desvincularse públicamente de todo lazo con Facebook.

Pero fuera de lo literario, el “Internet de la Realidad Virtual” ya lleva intentándose materializar desde los primeros 90 (¡recuerden VRML!), y a lo largo de los 2000 con diversos niveles de fracaso (¿os acordáis de Second Life?). En esta columna escrita por uno de los primeros pioneros de la VR se explica muy bien por qué todos los intentos sucesivos de metaversizarnos no han llegado a cuajar, y por qué el de Zuck no se distingue mucho de los anteriores. 

“The metaverse Zuckerberg shows off in his video doesn’t have to solve those problems. He’s promising future technologies that are five to 10 years off. But it still looks like junk. (…) But that’s not the problem with Zuckerberg’s metaverse. The problem is that it’s boring. The futures it imagines have been imagined a thousand times before, and usually better.”

ShotSpotter coloca micrófonos por los barrios de USA y supuestamente identifica mediante algoritmos si los ruidos captados son de disparos de armas de fuego, y en caso positivo alertan a la policía.

La compañía ha acumulado bastante mala prensa por la poca precisión de su software y por las zonas de las ciudades a monitorizar con micrófonos que se han elegido. Como esto es USA, obviamente las zonas monitorizadas son las que tienen más población negra.

ShotSpotter is too expensive for the police to roll out across a city. Instead, microphones are often placed in inner-city areas – areas with higher black populations. So if the technology isn’t as accurate as claimed, it could be having a disproportionate impact on those communities. (…) ShotSpotter claims to be 97% accurate. But that claim is exactly that, a claim. It’s hard to see how ShotSpotter knows it’s that accurate – at least not with the public information it has released. And if it isn’t, it could have wide consequences for American justice.”

En un Internet dominado por las plataformas sociales, donde a través del fenómeno influencer la propia imagen u otros aspectos de nuestras vidas se pueden productivizar para ganar tracción, ingresos, y seguidores, la maternidad no iba a quedarse fuera.

En esta entrevista a Kathryn Jezer-Morton, una investigadora académica especializada en la “mamáesfera” de USA, se desmenuza muy bien el fenómeno de las influencers de maternidad, de las consecuencias de esta “productivización” del hecho de ser madre, de la invisibilización de la red de apoyo de cuidados que provoca, y de los sesgos e influencia política que pueden llegar a tener estas cuentas.

“Instagram is pure PR for the nuclear family, and it totally erases how much childcare has always been shared within communities — and how much families have always relied on each other to raise their kids.”

“The white mamasphere is a place where a fundamental ideology of white supremacy — that whiteness is raceless, and all other races are racialized —  is still pretty much completely hegemonic. I think that for white momfluencers, talking about race is high-risk from the perspective of alienating followers… which is another way of saying that anti-Black racism is very entrenched among mainstream white women. So you have white momfluencers basically retreating from the topic of race on the grounds of “I can’t handle the fallout among my followers.” 

Róterdam innova convirtiendo un edificio destinado a ser fondo de varios museos en un museo en sí, y así mostrar al público el proceso de conservación y restauración que se lleva a cabo antes de exponer el arte en un museo tradicional.

“Lo realmente innovador de este edificio es que, a la vez que se custodian las obras no expuestas y los restauradores, conservadores o comisarios trabajan sobre ellas, también se pueden ver, haciendo así accesible a cualquiera la ‘sala de máquinas’ de un museo.”

En The Verge han producido este documental sobre Handspring, la compañía que trató de construir el primer smartphone allá en 1998. Aunque acabó fracasando, muchas de sus ideas están presentes en los teléfonos que usamos todos los días, y en esta entrevista con el director del documental se desgranan muchos detalles interesantes de esta historia.

Da todo un olorcillo a una especie de Halt and Catch Fire, pero en los 2000s.

Las ilustraciones de Luis Scafati para esta nueva edición del 1984 de Orwell son arriesgadas, impactantes, y le vienen como un guante a la novela.

Ya podemos escuchar en spotify la banda sonora de este loquísimo kickstarter que combina disco de vinilo con suplemento de rol para Mork Börg. El estilo doom-metal hiper-cañero de este juego de rol ya no sólo se traslada a lo visual y a la mesa, si no al terreno sonoro.