20200429

En esta época en la que, para muchos, nuestro trabajo y nuestro ocio es 100% a través de pantallas, las marcas han adaptado sus formas para seguir haciendo lo de siempre: explotar nuestras reacciones emocionales a través de plataformas digitales, especialmente nuestras ansiedades respecto a nuestro aspecto y nuestro cuerpo.

En el artículo se cita un pasaje del ensayo “My Instagram” de Dayna Tortorici sobre la relación de los algoritmos y las redes sociales con la dismorfia corporal: “«La pestaña explorar –que lleva a los usuarios mediante el algoritmo hacia contenido similar a lo que han visto o les ha gustado– se convirtió en un mosaico de usuarias cada vez más extremas y culturistas que juntas no me parecían raras. Así es como funciona la dismorfia, pensé; el algoritmo solo lo alienta, lo empuja hacia los extremos». Normalizar el nicho. Entrenar el ojo. Nuestra relación con el algoritmo también ha (re)educado nuestra mirada erigiendo nuevos cánones.”

A pesar de que gran parte del Internet que ahora consumimos reside en jardines cerrados que pertenecen a corporaciones, al menos la infraestructura que da soporte a Internet sigue estando basada en protocolos abiertos y en gran medida descentralizados. Pero tranquilos, que ya está el Gobierno Chino (a través de apéndices empresariales como Huawei) para intentar cambiar eso. Bajo el argumento de la “eficiencia”, el protocolo propuesto (New IP) introduce mecanismos para bloquear o vigilar a segmentos concretos de la red desde una autoridad central.

En todo caso, es poco probable que una propuesta así prospere en la ITU-T. Otros organismos, como RIPE (Réseaux IP Européens) han respondido al protocolo respuesto con bastante dureza.

Como era de esperar, el vivir durante años en una zona más contaminada debilita el sistema respiratorio y nos deja peor preparados para resistir a un nuevo virus como el COVID: “La encargada de políticas de calidad del aire de la federación ecologista European Environmental Bureau, Margherita Tolotto, entiende que la realidad está demostrando que “respirar aire tóxico compromete nuestra salud y nos convierte en más vulnerables. Los gobiernos y la Comisión Europea deben prevenir que vuelva la dañina contaminación y desarrollar estrategias de salida de la crisis que eviten devolvernos a un futuro más sucio”.

En esta entrevista, Noam Chomsky nos deja perlas sobre la situación actual de USA, las próximas elecciones, la no-gestión de la pandemia por parte de la administración Trump, y más cosas.

Sobre todo, resulta alucinante pensar hasta qué punto el hecho de plantear tener un sistema de seguridad social, o educación universitaria gratuita (como tienen en mayor o menor grado la mayoría de paises del mundo), en USA se traduce en una bronca polarizante, en algo “radical” e imposible de implementar en lo más mínimo: “Analicemos Medicare for All o la otra pieza principal del programa de Sanders, la educación universitaria gratuita. En todo el espectro de las corrientes ideológicas principales, incluso lo que llaman la izquierda dentro de dichas corrientes, las desaprueban porque las consideran demasiado radical para los estadounidenses. Pensemos en lo que esto significa. Es un ataque a la cultura y la sociedad estadounidenses, algo que se esperaría de un enemigo hostil. (..) Así que, para los estadounidenses, decir que deberíamos estar a la altura del resto del mundo se considera demasiado radical. Es un comentario asombroso. Como he dicho, es una crítica a Estados Unidos que se esperaría de un enemigo muy hostil.”

Un resumen preciso y muy visual de la crisis ecónomica que nos viene, y cómo están preparadas las distintas comunidades autónomas para resistirla. Spoiler: las comunidades que en su día han apostado por ladrillo, sol, y playa, lo tienen muy mal.

Lo nuevo del creador de Hora de Aventuras en Netflix es muy singular: animaciones loquísimas e hiper-originales alrededor de las entrevistas del podcast del Duncan Trussell. Lo malo o lo bueno es que dichas entrevistas destilan bastante “magufismo” y giran alrededor de drogas, espiritualidad, meditación, o magia ceremonial.

Hacia el final de la temporada se comienza a dislumbrar una cierta trama o razón que explica la elección de esta temática, y se revela la difusa línea entre el protagonista y el propio Duncan Trussell. La forma en la que la serie concluye quizá emociona más por comprender a quiénes se está escuchando, que por lo que se está escuchando en sí. En todo caso, el apartado artístico es increíble, y sólo por eso ya vale la pena.

Muy buenas recomendaciones de autores de Ciencia Ficción, además con una ilustración de portada de Albert Monteys. Isaac Asimov y Ray Bradbury me gustan, pero con el resto me han terminado de acertar, porque quizá sean mis 4 favoritos: Philip K. Dick, Ursula K. Le Guin, Stanislaw Lem, y J.G. Ballard.

Quizá el artículo se merece cierto tirón de orejas por hablar de “Los Desposeídos” de Ursula K. Le Guin como una novela “que nos enseña que los humanos tendremos que colonizar otros planetas.” ¡De lo que habla “Los Desposeídos” es de una sociedad anarquista y de comunismo libertario!

Para cerrar, una canción y videoclip que combinan lo creepy con las ganas de bailar. Más o menos como una semana normal de confinamiento.

20200422

Los gigantes tecnológicos (Google, Facebook, Twitter), han reaccionado tarde y mal a la avalancha de bots, fake news, y otras tácticas de desinformación que se hicieron evidentes durante las elecciones de 2016 en USA. Lo que viene a contar este artículo es que, con esta actitud reactiva, siempre se va a ir detrás de los desinformadores, cuyas tácticas evolucionan constantemente.

Y creo que va a seguir siendo así porque, aparte de las dificultades técnicas (que existen, y en gran número), estos gigantes Tech actúan en esto por guardar las apariencias más que por un interés honesto. A las plataformas no les interesa que el debate sea razonable y claro, les interesa que pasemos en ellas el mayor tiempo posible.

Si el estado de la economía es supuestamente signo del bienestar y progreso humano, ¿por qué la bolsa de valores de USA está bien sana mientras muere cada vez más gente? Quizá porque, sencillamente, una cosa no tiene que ver con la otra.

Y sobre todo, porque las declaraciones de la presidencia han ido dirigidas a tranquilizar a las corporaciones y a prometer garantizar sus beneficios, pase lo que pase (y tengan que sufrir los ciudadanos lo que tengan que sufrir): “What matters is that the Trump administration will pay any price, bear any burden, meet any hardship to keep big corporations alive and profitable. That is, from the GOP’s perspective, the sole legitimate function of the U.S. government. And given their ferocious commitment and the government’s financial firepower, they have a plausible shot at success.”

Comparando con el caso anterior, por lo menos hay Estados y Estados. Una alternativa para el distanciamiento social puede ser el comercio electrónico, pero tenemos que ser conscientes de que al comprar online también exponemos a otras personas (casi seguro, en situación laboral mucho más precaria que la nuestra), y pensar si vale la pena exponerles para cosas que pueden ser más comodidades que necesidades.

Me gustaría ver más de esta legislación en España, sobre todo con las cosas que estamos viendo con otros servicios de reparto a domicilio.

En un siguiente episodio de las chaladuras conspiranoicas de “ultracentro”, (es decir, de ultraderecha), Whatsapp está controlando directamente por el gobierno español y por peridodistas de La Sexta (ya quisieran).

Lo hilarante del tema es que quien controla Whatsapp es el mismo señor que hace de forma sistemática la vista gorda con bulos y desinformación para no enfadar a medios conservadores y de  ultraderecha, y que a día de hoy el cifrado punto a punto de Whatsapp es más seguro que el que pueda ofrecer Telegram.

Un adelanto de cómo se van a ver modificados los espacios y nuestra forma de usuarlos tras el confinamiento, directamente desde Singapur.

Nuestro juego de rol/machine learning bizarro favorito, AI Dungeon, ha lanzado su modo multijgador. A ver si lo probamos y transmitimos impresiones por esta nuestra recopilación semanal.

 

We have our first look at Denis Villeneuve’s Dune, and we’re breaking down every little detail and easter egg from stillsuits to sietch communities.

 

Nerdist Nerdist

Habra que ver cuando lleguen las películas, pero el próximo Dune tiene pintaza.

Una de las cosas increíbles de nuestra época es poder explorar sitios con miles de años de antigüedad sin salir de casa, tal como el monumento-libro que es la tumba de un faraón.

 

Del mismo autor que la trilogía Border dedicada al Atari ST A partir del próximo 20 de abril se pondrá en marcha una nueva campaña de…

 

www.retromaniac.es www.retromaniac.es

A ver si sale la campaña de crowdfunding de este libro sobre la escena underground de crackeo de software en BBSs durante los 80 y los 90, aunque sea simplemente por el ANSI/Pixel Art que se gastaban.

He descubierto esta semana varios grupos de punk hardcore con un denominador en común: los videoclips animados hiper-cañeros de Marcos Imov. Este tema de los holandeses Vitamin X nos presenta una propuesta un poco mas crossover-trash.

Y como no podemos decidirnos sólo por uno, cerramos con otro videoclip animado del mismo estudio, en este caso de un tema de los australianos Frenzal Rhomb.

20200415

Una mirada intimista, semi-literaria, y semi-periodística del día a día de un pueblo en USA durante la pandemia. También una mirada a las ansiedades personales, nuevos hábitos, e incertidumbres que estamos experimentando todos, seamos del país que seamos: “My friend N. suggests tele-drinking. I finally give in and download Zoom on my laptop. At first, it’s a bit awkward, but soon I get soused and chummy, laughing and shouting at the screen. I don’t like how quickly I can get used to this. Maybe we were preparing for this life all along, the prophylactic life of homes and screens and pantries.” 

A modo de resumen de toda la leña que le ha caído a Zoom durante esta semana, quizá lo más grave no son los agujeros de seguridad (que todo software tiene y que se solventan más o menos rápido), si no el hecho de asegurar que tu producto incorpora cierto nivel de seguridad (cifrado extremo a extremo) cuando esto no es cierto: se incorpora cifrado de transporte, que no es lo mismo, y que es transparante para la corporación.

En todo caso, Zoom es bastante usable, y si el objetivo es usarlo para un evento público o webinar que se va a transmitir en directo en otra plataforma pública, o del cual se va a liberar  la grabación, ningún problema. Si es para reuniones de trabajo, o conversaciones privadas importantes, mejor echar un ojo al resto de plataformas existentes.

El debate está sobre la mesa: que los Estados usen herramientas y plataformas digitales para trazar los contactos entre posibles contagiados puede ayudar a resolver la pandemia y sus próximos rebrotes, pero vulnera la privacidad y derechos de la ciudadanía.

Quizá muchos estamos dispuestos a ceder esa libertad temporalmente si eso ayuda a salvar las vidas del resto de gente, pero dudo mucho de que los Estados quieran proporcionarnos un “botón de desenchufar” para que tengamos el control de revertir la situación al estado anterior una vez la crisis del virus haya pasado.

Como comenta uno de los expertos consultados en el artículo: <<Ramon Miralles, experto en privacidad y ciberseguridad de Ecix Group, entiende que las actuales medidas tecnológicas públicas están legitimadas y ve inviable que Europa exporte un modelo asiático “desproporcionado”. Sin embargo, también remarca que después de la pandemia “sufriremos otro retroceso” de vigilancia digital. “Aceptaremos ceder parte de nuestra privacidad a cambio de sanidad”, explica.>>

Asistí a este webinar la semana pasada, y recomiendo muchísimo verlo, incluso si no se tienen ningún interés en técnicas de IA o en desarrollar aplicaciones para la crisis de Covid.

Juanjo Beunza hace un repaso muy didáctico sobre todo lo que se sabe de la pandemia, con consejos prácticos, y sobre todo intentando trasladar que esta situación no se va a acabar con el fin del confinamiento en abril/mayo, si no que va para largo:  tendremos rebrotes y nuevos periodos de confinamiento durante los próximos 2-4 años, hasta que tengamos una vacuna efectiva (la primera que tendremos en 18 meses es una vacuna experimental, que puede funcionar mejor o peor, pero que seguro habrá que ir evolucionando).

Hace poco se incluyó en esta nuestra recopilación un relato de ciencia-ficción en el que científicos contemplaban de cerca y en vivo (con varios miles años de retraso, eso sí) el día a día de los habitantes de un exoplaneta situado a 2500 años luz de la Tierra. Salvando las distancias, este proyecto de la NASA (que todavía está en pañales), pretende hacer algo similar con un exoplaneta situado a 500 años luz (todavía sin habitantes conocidos, eso sí).

Esta serie de ilustraciones con ciudades desiertas a lo largo de todo el mundo es una preciosidad (y además, la de Madrid es de Ana Galvañ).

En los 90, éste era el sonido que nos abría las puertas del ciberespacio. La infografía original es de este artículo, donde también se explica un poco más en qué consistían en realidad todos esos ruidos raros.

Mucho tardaban ya los Ojete Calor en aparecer en esta recopilación. Y encima no podría haber sido con una versión más épica.

20200408

Las “celebrities” quizá sean las personas menos millonarias de entre los millonarios (el patrimonio de Jennifer López es una fracción del 1% del patrimonio del fundador de Amazon), pero aun así la distancia de su día a día con la persona de a pie es abismal.

Como se reflexiona en este artículo, en circunstancias normales, esta distancia se puede “tapar” porque la celebrity es una figura “aspiracional” que parece más accesible.  Pero durante el confinamiento, esto comienza a no sostenerse, porque es dificil tener empatía con gente “encerrada” en mansiones de lujo con clínicas de salud y gimnasios personales:

“One of the ironies of this moment is that though we feel less like stars than ever, they seem to feel more like us — or at least, what they think it must feel like to be us. DeGeneres is going “stir-crazy” from having to stay inside her enormous home; Katy Perry has lost track of the days she’s spent inside her enormous home.”

Fascinante mirada al día a día de un creador de fake-news y de un fact-checker. Comento poco porque hay un plot twist que, al menos, crea un debate muy interesante y da que pensar. Así que, si lo lees, ¡que sea hasta al final! (justo al contrario de lo que hace la gente que se traga las fake news). Gracias a Marta por el enlace.

Y siguiendo con las fake-news, cuando leí que en UK habia gente intentando quemar antenas de 5G “para que no se propagara el coronavirus”, creía que debía ser un titular del equivalente de El Mundo Today británico. Pero es todo cierto: puro J. G. Ballard ocurriendo ahora mismo.

Como mucha gente, esta semana me enganché completamente a Tiger King y me fumé la temporada completa en menos 3 dias, sintiendo horror y fascinación a partes iguales, y con una sensación continua de que todo lo que veía no podía haber ocurrido en la realidad. Viendo esta mini-serie documental se entiende mejor cómo son posibles las chaladuras alt-right de USA (o, en general, las chaladuras alt-right que se están reproduciendo en todas partes).

En el artículo, también se reflexiona sobre la descarada preferencia de la sensación sobre la objetividad en la mini-serie, y cómo Netflix sabe apostar por la carnaza que sabe que vamos a convertir en viral entre todos (yo, aquí, incluido): “It’s a phenomenon fueled by our need to seek resolution where there often is none to be found. In the absence of finality, we post into the infinite. The tyranny of the internet bleeds into the real world: if there’s enough content, eventually, that content becomes real life. We are consumed by the tiger king.”

www.protocol.com

El pivote forzado al trabajo en remoto también está provocando situaciones muy mal gestionadas en las empresas, como “tele-despidos” en masa via Zoom en algunas startups: “People were crying and people were panicking,” said one employee who was abruptly let go on the videoconference. “It was like 100 different videos of just chaos.”

Cuando pienso en Winsor McCay, pionero del comic y de la ilustración, siempre tengo en la cabeza las preciosas tiras de El Pequeño Nemo. Pero hay mucho más: el artista dibujó constantemente sobre problemáticas sociales de su época, o sobre sus propias visiones apocalípticas del futuro.

Quizá es una frivolidad pensar en estas cosas durante esta crisis (o quizá es sano), pero la Evercade y sus cartuchos recopilatorios retro tienen una pintaza increíble.

Demostrando que menos es más, Amon Tobin y Thys lanzaron hace unos pocos días un pequeño EP con apenas cuatro cortes de menos de 3 minutos cada uno, pero que casi exigirían una película entera adrede para acompañarlos.

20200401

Este relato de ciencia-ficción no lo ha escrito un algoritmo: más bien, un algoritmo ha analizado diversos relatos de ciencia ficción, y le ha dado reglas y directrices al autor, Stephen Marche, para que escribiera uno similar. El relato en sí me ha gustado, aunque me da la impresión de que esto era independiente de la “fórmula para el éxito” cocinada por el algoritmo.

De hecho, algunas de las reglas que concluyó el algoritmo son bastante tristes, y evidencian los sesgos que transmitimos al software que creamos: “The algorithm also told me what percentage of text should be dialog and how much of that dialog should come from female characters. This is where things get embarrassing. Turns out that, based on the stories I chose, only 16. 1 percent of the dialog could be from a woman’s point of view. Which is a crazily low number. Female writers historically write 40 to 50 percent of their dialog for female characters, male writers about 20 percent; so even by the shitty standards of male writers and history, this is appalling”.

Gracias a Jacinto por el enlace.

Este artículo que analiza la pandemia desde una perspectiva de género me ha parecido muy interesante. Como se apunta, la recesión económica que nos viene con y tras la pandemia nos puede hacer retroceder mucho, pero también es una oportunidad para establecer por fin políticas que tengan en cuenta la distorsión de los roles domésticos y de cuidados: “The coronavirus crisis will be global and long-lasting, economic as well as medical. However, it also offers an opportunity. This could be the first outbreak where gender and sex differences are recorded, and taken into account by researchers and policy makers. For too long, politicians have assumed that child care and elderly care can be “soaked up” by private citizens—mostly women—effectively providing a huge subsidy to the paid economy. This pandemic should remind us of the true scale of that distortion.”

Una fascinante mirada a la boyante (y bizarra) industria inmobiliaria de los refugios anti-apocalipsis para ricos y pudientes, que ya incluso prometen ser las ciudades-estado de los futuros supervivientes: “When you bought into such a scheme, you tapped into a fever dream from the depths of the libertarian lizard-brain: a group of well-off and ideologically like-minded individuals sharing an autonomous space, heavily fortified against outsiders – the poor, the hungry, the desperate, the unprepared – and awaiting its moment to rebuild civilisation from the ground up. “

Como muchas industrias, ésta se centra en vender una fantasía: la fantasía de que es posible sobrevivir al margen de las catástrofes que sufra el resto de la humanidad. Y como creo que estamos viendo en la crisis de la pandemia actual, en las cosas que se nos vienen encima, o nos salvamos todos juntos, o no se salva nadie.

También, como nota de color, el empresario protagonista de la crónica (todo un personaje conspiranoico) fue propietario en los 80 de la empresa que fabricó el famoso piloto automático de Aterriza Como Puedas (o, al menos, eso dice él).

La alt-right y sus sucursales españolas aprovechan nuestro confinamiento y la constante sobreexposición a la información que éste acentúa haciendo la única forma de política que saben hacer: extender bulos y desinformación.

Otra mirada a otra industria boyante, pero más artística: la de los teclados mecánicos personalizados de lujo. A ver, he de admitir que los del artículo son una preciosidad, pero al final teclear es teclear, y yo no compraría a esos precios. Pero me imagino que es una necesidad similar a la del tuning de un coche de carreras, sólo que el streamer de videojuegos (el principal consumidor de esta industria) “pilota” el teclado.

Si no conocéis la editorial digital Panel Syndicate, ya tardáis en leer y comprar (se paga la voluntad) maravillas como Universo!, o The Private Eye. De su catálogo me quedaba por leer Barrier: visualmente impresionante, y con una buena reflexión sobre la migración y el lenguaje. Y no digo más, que es mejor leerlo sin spoiler de ningun tipo.

Además de ver viejas glorias que ya ni recordaba en este listado, lo que más me ha emocionado es que el Número 1 lo ocupe Tyrian. Que por cierto, recientemente GOG lo liberó gratis para descargar junto a un buen puñado de titulos clásicos (Beneath a Steel Sky, Ultima Martian Dreams, Flight of the Amazon Queen, etc).

Recordemos que todo esto pasará, y si es escuchando a Klampanis, pues mucho mejor.