¿Qué mejor manera de empezar la recopilación de esta semana que oyendo a Zuckerbot respondiendo preguntas de sus empleados? Desde preocupaciones peregrinas cómo que qué pasa con la comida gratis ahora que casi todos trabajan desde casa, a temas más escabrosos como por qué Facebook hace continuamente la vista gorda con las operaciones de desinformación de la alt-right: “Throughout the summer, Zuckerberg faced increasingly pointed questions about the company’s friendly relationship with President Donald Trump; the influence of its conservative head of policy, Joel Kaplan; and the rise of white supremacist organizations on the platform. (…) In its adherence to a strict if ever-changing set of nonpartisan community standards, Facebook had adopted what New York University professor and press critic Jay Rosen has called, in the journalistic context, “the view from nowhere” — a commitment to the belief that all politics are being practiced in good faith and are thus deserving of equal treatment.”
En una obra de micro-teatro a la que asistimos hace poco, se decía que la esencia de Occidente es “mirar hacia otro lado”. Y el sistema financiero es quizá el ámbito donde esto es más cierto. Este último leak (los FinCEN Files) arroja un poco de luz sobre cómo las grandes entidades financieras (HSBC, JP Morgan, Barclays, Deutsche Bank) han estado ayudando a blanquear dinero de forma sistemática a diversas redes de corrupción, crimen organizado, y/o oligarcas rusos. ¿Cómo? Notificando a las autoridades bastante tiempo después de que las transacciones se hubieran efectuado (en algunos casos, años después), siendo así mucho más difíciles de rastrear.
A veces tenemos la falsa impresión de que los ataques informáticos, aun siendo graves, no llegan a afectar al mundo “real” como lo hacen otro tipo de desastres. Y, lamentablemente, este caso en Alemania evidencia todo lo contrario: cuando los sistemas que un ransomware incapacita son los que dan soporte a un hospital, se pierden vidas humanas.
Ya hemos dicho muchas veces en esta recopilación que la Inteligencia Artificial hereda los sesgos de las personas que la construyen. Un ejemplo “peculiar” de esto ha sido el algoritmo de recorte de imágenes en Twitter durante la semana pasada. Siendo justos, los mismos ingenieros de Twitter han reconocido rápidamente que no eran conscientes de dicho sesgo, y que ya están trabajando para corregirlo.
Ya no gastamos combustible y generamos huella de carbono para viajar de un sitio a otro: ahora también lo hacemos para ir en avión al mismo sitio del que partimos, por el puro placer de poder ir en avión durante la pandemia. Lo llaman “vuelos a ninguna parte”, que quizá es precisamente a donde nos dirigimos todos: a ninguna parte.
¿Se puede vender todavía más humo que Elon Musk, llevando una empresa a una valoracion de más de 31.000 millones de dólares, consiguiendo que General Motors compre un 11% (y se comprometa a asumir la fabricación), y todo esto sin llegar a construir ni un solo prototipo de unos supuestos vehículos eléctricos con baterías de hidrógeno? ¡Sí se puede! Y quien ha podido se llama Trevor Milton.
Vale, puede que no acertaran mucho, pero desde luego este 1997 imaginado desde 1987 tiene mucho encanto.
Google ha construido este archipiélago de libros y escritores extrayendo la información de sus apariciones en la web, y la verdad es que el resultado es muy bonito.
¿Cómo hemos podido estar tanto tiempo sin saber que Polyphia existían? Rock Progresivo del de verdad, es decir: algo que nunca antes habías oído.