20240510

Reconozco que soy un nostálgico del Internet de los 90s, donde las corporaciones y sus plataformas no habían monopolizado nuestro uso de la web, y donde todo era más un entramado descentralizado de entusiastas que hacían las cosas de forma más respetuosa. En este artículo se nos hace ver que, en realidad, esa web sigue ahí, esperándonos.

“The thing is: none of this is gone. Nothing about the web has changed that prevents us from going back. If anything, it’s become a lot easier. We can return. Better, yet: we can restore the things we loved about the old web while incorporating the wonderful things that have emerged since, developing even better things as we go forward, and leaving behind some things from the early web days we all too often forget when we put on our rose-colored glasses.”

Mientras, en las elecciones Indias ensayan ya lo que fácilmente puede venirnos a nosotros dentro de poco: una campaña electoral con alto grado de contenido generado por IAs.

“Political parties are willing to invest millions in a technology-driven campaign if it achieves their objectives, Shankar said. If a party is trying to run a campaign which could “touch almost every person in [their] state,” even a fee of $10 million “becomes a very average figure” to pay, he said.”

But despite AI companies like Avantari turning down requests for political deepfakes, several such videos have circulated on the Indian internet this election season. Some recent viral deepfakes showed prominent Bollywood celebrities Aamir Khan and Ranveer Singh criticizing Modi.”

Las IAs generativas también permiten acercarnos, aunque de forma bastante cutre, a un tema ampliamente explorado en la literatura de ciencia-ficción: la reconstrucción digital de una persona ya fallecida. Aunque las IAs que tenemos ahora solo sean capaces de generar tuits al estilo del fallecido, o simular su voz, eso ya puede tener un impacto no siempre positivo sobre el proceso de duelo y nuestra memoria de la persona que hemos perdido.

Y por otra parte, ahora hace falta hasta hacer SEO en los currículums para que pasen los filtros automáticos y una persona real llegue a poder considerarnos para un posible empleo. ¡El futuro era esto!

Alguien en Apple ha visto que los videos con prensas hidráulicas aplastando sandías tenian muchas visualizaciones en TikTok, y se les ha ocurrido este spot para el nuevo iPad, en el que metafóricamente se aplastan siglos de arte y creatividad humanos con una prensa gigante. En su cabeza debía ser espectacular.

“The last time Apple used this shtick, writers and actors in Hollywood hadn’t spent half a year campaigning to protect their jobs from AI. Game studios hadn’t laid off thousands. AI musicians hadn’t proliferated on YouTube and TikTok to the fury of the record labels and artists, and the Tupac Shakur estate hadn’t issued its first AI rap beef cease and desist order. The last time Apple did this, people weren’t talking quite as urgently about AI automation snapping up all the jobs humans once held.”

“The conversation on computers and automation has changed lately, and Apple, which was caught flat-footed last year with the proliferation of AI, just stepped right on the rake. Next time, Apple, perhaps read the room instead of just crushing it slowly with a hydraulic press.”

Una de los factores que más se sacan a la palestra sobre el origen de la creciente ola reaccionaria es el descontento que produce la desigualdad capitalista, y la poca o nula acción de gobiernos socialdemócratas para atajarla. Pero este artículo nos trae otra perspectiva: la del resentimiento de dejar de ser protagonistas.

“Hoy, grupos subalternos infrarrepresentados o invisibilizados en la historia contemporánea irrumpen en la escena planteando nuevas reivindicaciones con nuevos liderazgos y epistemologías, al producirse una dislocación del mito de Occidente hacia un mundo mucho más diverso.”

“La extrema derecha es eso, una reacción de los que están perdiendo privilegios o temen perderlos y, por ello, el sentimiento a manipular es el resentimiento. No es el enfado, ni la ira, ni el desencanto político, sino la victimización resentida, la apelación al narcisismo herido de quien siente que ha perdido su papel protagónico en la historia, en su casa o en su trabajo. El aumento del militarismo y la guerra forman parte de esta reacción violenta a un mundo que les desplaza y, también, una reacción a la ola que los está descabalgando.”

Desgraciadamente, tengo cero ganas de ver como una de las multinacionales más nocivas del planeta adapta una de las obras de arte anticapitalistas que más cerca han estado de convertirse en mainstream.

Mil aplausos a este temarral de Macklemore, que junto a las movilizaciones estudiantiles contra el genocidio que comete el estado Israelí en Gaza, trae una necesitada dosis de esperanza.