Acompañadme en esta bizarra historia de los criptoinversores que compraron un crucero para construir en él una utopía anarco-capitalista que fuera libre de los estados. Que de anarquista tenía poco, y consistía más bien en ricos disfrazando de política el hecho de no querer pagar impuestos.
Spoiler: SALE MAL. Entre otras cosas, porque los propietarios no tenían ni idea de la industría marítima/naviera, no tenían permisos para verter residuos desde el barco, ni aseguradora. También porque los futuros “ciudadanos” no serían libres ni de poder cocinar en sus “viviendas” (por las regulaciones de seguridad que se deben cumplir a bordo).
Mientras, en el mundo real, varios desafíos que vienen: la vacunación en los países del tercer mundo, los problemas en las cadenas de suministros, y un mundo en el que ya no hay marcha atrás a un clima cada vez más extremo: “El desenlace más llamativo de los últimos tres meses ha sido el drástico incremento en la frecuencia, gravedad y alcance global del clima extremo: tormentas, sequías, olas de calor, temperaturas promedio más elevadas, incendios e inundaciones. El criterio colectivo de la comunidad científica sugiere que la experiencia brutal de este año no es atípica, sino la nueva normalidad climática. Porlo tanto, podemos esperar más de lo mismo (y probablemente mucho peor) en los próximos 20-30 años. El desafío hoy es acelerar el ritmo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar episodios generados por el clima aún más graves”
A través de este artículo descubro el mercado internacional de basura, y la muy poca transparencia del proceso de reciclado de plásticos, que en su mayoría acaban en vertederos de otros países: “Llevamos mucho tiempo poniendo el dedo en la llaga del sistema de Ecoembes. Todos los envases que se ponen en el mercado pagan una tasa para su reciclaje pero ese reciclaje no se produce”, expone López de Uralde, que se remite al informe Maldito Plástico en el que se denuncia que las cifras de materiales plásticos reciclados en España no llegan siquiera al 30%. Además, desde Greenpeace explican que el optimismo de las cifras manejadas por Ecoembes tiene que ver con que la organización sólo contabiliza el reciclaje de los envases ligeros de uso doméstico.”
Buenas y malas noticias: la gente que es horrible en Internet lo es en cualquier otro ámbito de su vida, no porque las redes sociales saquen lo peor de estos tipos. Lo que sí que consigue Internet y las plataformas sociales es darles un amplificador desmesurado para su comportamiento tóxico, que nunca antes en la historia habían tenido.
“Toxic online political discussions are disproportionately driven by malicious individuals taking advantage of the megaphone offered. One study published in the Personality and Individual Differences journal in 2017 found that the most aggressive online trolls may tend to be high in cognitive empathy, which allows them to identify when they’re pushing someone else’s buttons, but low in affective empathy, enabling them to avoid feeling bad or internalizing the suffering they cause. (…) As platforms have optimized for connectedness, they have negligently optimized for the growth of mob-like communities connecting around noxious yet identity-defining goals.”
Próximamente en nuestras pantallas: product placement dinámico en series y películas según los datos que la plataforma de turno tenga sobre nuestras preferencias y demografía. Al final tenía que pasar.
Tras ver el trailer de Matrix 4 y estar ya con todo el hype, volver a leer este artículo me parece importantísimo. La primera película de Matrix muy bien puede leerse como una metáfora del proceso porque el que estaban pasando las hermanas Watchowsky en ese momento: el de salir del armario como trans. Sin embargo, mucha de la narrativa de la película ha sido secuestrada precisamente por hombres cis reaccionarios: “In our reality, the idea of taking the red pill has since come to bolster some of the worst people on the internet. In 2019, to be “redpilled” is to suddenly realize all the ways that social justice issues, particularly those related to feminism, can cause a person (usually a young man, though women have also used the term) to not be their truest self. The obvious irony here is that the red and blue pills were dreamed up by two trans women, in the middle of a story that is now widely read as an allegory about how immensely powerful it can be to discover one’s true self by getting online.”
Este de-make de la canción de Gotye que la convierte en un falso temazo comercial de los ochenta casi tiene derecho a ser considerado una canción aparte. ¿El retrofuturo era esto?