20201125

A lo largo de la historia, los humanos siempre nos hemos caracterizado por una cierta incapacidad para planear a medio o largo plazo, y sobre todo por anteponer alegremente beneficios inmediatos a consecuencias futuras. Pero quizá esta época nuestra es donde esta actitud está más desbocada que nunca.

Justamente cuando la única forma de sobrevivir a las crisis que se nos vienen encima (climáticas, sanitarias, enérgeticas) pasan por sacrificar el corto plazo para que haya un largo plazo posible: “Algunos sugieren que estamos viviendo en el “epicentro de la historia”, una época de influencia única para el futuro de la humanidad. Nunca habíamos tenido tantas formas de destruirnos a nosotros mismos a través de los peligros creados por nosotros mismos, desde las armas nucleares hasta los patógenos bioterroristas. Pero el argumento consiste en que si logramos trazar un camino a través de este período basándonos en el largo plazo, entonces nuestra especie, como la de otros mamíferos, tiene el potencial de sobrevivir.”

Siempre ha sido evidente que la situación y el día a día de la familia Kardashian es bastante más privilegiada que la media de la de sus espectadores, pero el éxito de su reality show quizá se fundamentaba en la capacidad de provocar la identificación del público con los vaivenes emocionales y sentimentales de la familia.

Sin embargo, atravesando una crisis pandémica como la actual, donde se hacen más evidentes privilegios y desigualdades, esa relación con la audiencia comienza a hacerse insostenible: “By now the internet is well aware that Kim also rang in her 40th year by flying dozens of people to a private tropical island. Attendees were not told where they were going, but they were told to quarantine beforehand and pack for sunny fun, as well as for three fancy dinners. In late October, when about 220,000 Americans had died from the coronavirus and 11 million were unemployed, Kim spammed social media with photos of beach banquets and boat rides.”

En este artículo, un diseñador de juegos de Realidad Alternativa o de juegos de Rol en Vivo compara las mecánicas usadas en estos juegos con las desplegadas en QAnon para extender propaganda mediante teorías de la conspiración.

Mientras en los juegos de Rol o de Realidad Alternativa se intenta controlar la Apofenia (la tendencia humana a inventar patrones o conexiones entre datos independientes) para que los jugadores no se pierdan de la trama principal, en QAnon se busca precisamente maximizarla, y disfrazar el adoctrinamiento alt-right como descubrimientos “originales” de los “captados”: “QAnon grows on the wild misinterpretation of random data, presented in a suggestive fashion in a milieu designed to help the users come to the intended misunderstanding. Maybe “guided apophenia” is a better phrase. Guided because the puppet masters are directly involved in hinting about the desired conclusions. They have pre-seeded the conclusions. They are constantly getting the player lost by pointing out unrelated random events and creating a meaning for them that fits the propaganda message Q is delivering.”

Lo he dicho muchas veces en esta recopilación, y lo seguiré diciendo: la narrativa de los algoritmos “imparciales” y “racionales” es mera fantasía. Los algoritmos no hacen más que reproducir los sesgos y perspectivas de las personas que los construyen. El último intento del gobierno de Reino Unido de planificar la construcción inmobiliaria mediante algoritmos, y los disparatados resultados que ha comenzado a arrojar, no son más que una prueba de ello: “The problem with this algorithm is it’s so constrained by what the government perceives the housing need to be,” says Webb. “But that target is so short of what is actually needed that when you try to produce enough supply in London you end up reducing the number of homes you build in other areas. And the problem with that is those other areas still need homes.”

Algunas de las estadísticas que trae este artículo son para hacérnoslo mirar. Durante 2018, sólo el 11% de la población mundial voló en avión, y por tanto es “responsable” de generar el 100% de las emisiones por vuelos de ese año. Pero es que, los vuelos de sólo un 1% de la población mundial causaron el 50% de dichas emisiones.

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Esperemos que esta tecnología Israelí capaz de “dirigir” micro-burbujas de sonido a nuesrtros oídos se acabe usando para jugar a videojuegos o ver películas sin molestar. Pero si esto se tratara de un relato de Philip K. Dick, seguramente ejércitos y organizaciones secretas lo estarían usando ya para crear realidades (sonoras) falsas con las que manipular a sus objetivos.

Venga, no todo va a ser quejarse de algoritmos y de espionaje digital: también hay Inteligencia Artificial que ayuda a mejorar situaciones graves, desde diagnosticar precozmente casos de Alzheimer, hasta detectar asintomáticos de Covid.

¿Esto no es un poco metalcore a lo synthwave? ¿Synthcore?