20211201

Si los esfuerzos de Facebook para controlar la desinformación en su plataforma ya han resultado ser pobres y limitados, los esfuerzos para controlar las fakes news en español y dirigidas a ciudadanos latinos en USA brillan por su ausencia.

Esto es especialmente grave, porque mientras la desinformación generada durante las elecciones de USA dirigida a los blancos estaba pensada para incitar a votar al candidato republicano, la desinformación dirigida a latinos y otras minorías estaba pensada para impedir que votaran. Y en Facebook eran plenamente conscientes de esto:

“The next month, another internal report warned that Facebook had “no policies to protect against targeted suppression (e.g., ICE at polls),” alluding to concerns that Latino voters would be dissuaded from showing up to vote if they were told, falsely, that immigration authorities would be present at polling sites.”

“A third internal report pointed to racial groups with low historical voter participation rates as one of the main subsets of Facebook users facing an elevated risk from voter disenfranchisement efforts. Latinos are among those groups.”

La guerra cultural (esa palanca en la que el neofascismo ha encontrado su filón) sube de octanaje de forma alarmante con las juntas escolares de USA como escenario.

Allí se está comenzando a perseguir con violencia comportamientos de sentido común, como promover el uso de las mascarillas, o enseñar a los jóvenes que las personas que no son cisgenero, blancas, y heteros, también son personas.

“Son reuniones en las que un puñado de vecinos de un distrito discuten asuntos como el salario de los profesores o los servicios de aseo. Sin embargo, hace un año que, en distintos rincones del país, se han convertido en el escenario de protestas, a veces violentas, lideradas por padres en contra de la “agenda política tóxica” que incluye el uso obligatorio de la mascarilla en las aulas, los nuevos enfoques de equidad racial en la enseñanza o las políticas para integrar a las personas transgénero.”

“Varios miembros de juntas escolares han recibido en los últimos meses amenazas de muerte, de violación, insultos y acoso dentro y fuera de las sesiones escolares que, desde octubre, son monitorizadas por agentes de seguridad por orden del Departamento de Justicia. Entre los propios miembros de las juntas se han producido bandos y es común ver a la mitad llevando mascarilla y a la otra no, para dejar claro a cuál pertenecen.”

Como decían en El Mundo Today: “El fascismo es como la Pizza: se inventó en Italia, y en Estados Unidos les flipa.”

Por otra parte, el avance de la crisis climática empieza a ser tan evidente que ni siquiera esta ultraderecha se esfuerza ya en ser negacionista. Pero, por supuesto, han tardado muy poco en usarla de pretexto para lo de siempre: difundir odio a los migrantes y culparles del cambio climático (cuando en realidad son ellos los que están sufriendo las consecuencias de nuestros excesos de emisiones).

“The response to this trend on the right has led to what academics Joe Turner and Dan Bailey call “ecobordering”, where restrictions on immigration are seen as vital to protect the nativist stewardship of nature and where the ills of environmental destruction are laid upon those from developing countries, ignoring the far larger consumptive habits of wealthy nations. In an analysis of 22 far-right parties in Europe, the academics found this thinking is rife among rightwing parties and “portrays effects as causes and further normalizes racist border practices and colonial amnesia within Europe”.”

“Experts are clear that the main instigators of the climate crisis are wealthy people in wealthy countries. The richest 1% of the world’s population were responsible for the emission of more than twice as much carbon dioxide as the poorer half of the world from 1990 to 2015, research has found, with people in the US causing the highest level of per capita emissions in the world. “

Paradojas de la Internet: hay medios web estadounidenses que no quieren cumplir con la GDPR Europea, y por tanto bloquean las visitas provinientes de europa. El código HTTP elegido para enviar como respuesta en este caso es 451, inspirándose en la novela de Ray Bradbury en la que “bomberos” quemaban libros y restringían el acceso a la información. Pues eso.

Super interesante articulo sobre “Pictures for Sad Children”, uno de los webcomics más exitosos del periodo 2007-2011, y de cómo su autora tuvo que cortar por lo sano su campaña de Kickstarter debido a la ansiedad, al acoso online, y a una situación económica muy precaria, entre otras cosas:

“Each of the aggrieved commenters seemed to find personal injury in Veil’s actions. Like, because she took their money, she owed them something — not just a copy of a book, but something more. A piece of her life. Through the whole post, it was clear Veil was fundamentally uncomfortable with the idea of owing people answers. She wanted to make art. People online who make art ask for money. She asked for money. And she seemed to be realizing just how toxic that transaction could be.”

““I feel like there was something I wanted to communicate about the seemingly illusory nature of human identity, the criteria we use to decide when someone no longer gets our empathy, how little we actually know about each other, especially online,” she wrote in a follow-up email. In those questions about identity, both real and invented, “how strange it is to wrap all that in capital and ‘making a living.’”

Hace poco descubrí los paisajes virtuales que Tomasz Bolek construye con edificios inexistentes en 3D y juegos de luces, y quedé un poco hipnotizado.

Si no conocéis “La nueva carne”, la revista analógica sobre los humanos de la era digital, pues ya tardáis en pedir su nuevo número o alguno de los dos anteriores: son totalmente recomendables. Yo, por aquello de no acumular, estoy esperando a liquidar cosas de mi pila de lectura antes de encargar el tercer número, pero no tardaré mucho más.

En este nuevo single podemos oir un Midnight Danger más “AOR” que nunca, pero que no deja de molar ni un solo segundo.