20210202

Estamos acostumbrados a que los futuros distópicos, por su propia definición, nos presenten peores condiciones de las que tenemos ahora. Pero, y aunque esto resulte un poco deprimente, ¿y si en realidad estás historias son más optimistas de lo que nosotros somos en nuestro presente actual? (o al menos, el presente actual de USA).

Al fin y al cabo, como se reflexiona en este artículo, en el clásico de 1995 Johnny Mnemonic hay una pandemia (causa por el uso excesivo de Internet, LOL), pero su existencia no se discute, los protestantes usan mascarillas, hay un grupo de científicos que trabaja para erradicarla y atiende pro-bono a los más desfavorecidos, y hay una resistencia multicultural que se ha organizado contra los excesos de las corporaciones y el capitalismo (liderada por Ice-T).

¿Igualito que nosotros? “Some people have worked incredibly hard to try to give us something better, but at every point bullies and con men have dragged us back down into the muck. (..) I wanted the fantasy that the most powerful man in the movie would spend his dying breath helping people instead of grasping after power like a Skeksis. That the people would band together and rise up in non-violent protest. Okay, that one actually happened. And we all saw the response. And we’re all seeing the response to the Mirror World inversion of those protests.”

De las alternativas a Whatsapp, Signal es una de las opciones más interesantes, enfocadas en la privacidad, de código abierto, y desarrollada por una non-profit. Sin embargo, como cuentan en The Verge, algunos de los viejos vicios Silicon Valley-istas de los fundadores (la obsesión por crecer, la reticencia a establecer políticas o mecanismos de moderación, o el flirteo con criptomonedas) pueden terminar haciendo que Signal acuse los mismos problemas que Facebook+Whatsapp: “Whatever the case, Acton is clearly proud of Signal’s recent growth. “It was a slow burn for three years and then a huge explosion,” he told TechCrunch this month. “Now the rocket is going.”  rockets make it into orbit. Others disintegrate in the atmosphere. Signal employees I spoke to worry that the app’s appetite for growth, coupled with inattention to potential misuses of the product, threaten its long-term future. (Of course, not growing would threaten its long-term future in other ways.)”

Aunque hace años que las recreaciones de artistas difuntos en los medios no son tan infrecuentes (una de las últimas, la de Lola Flores en la campaña de Cruzcampo), en Corea del Sur han ido un paso más allá, y han reconstruido con Inteligencia Artificial cómo cantaría temas nuevos un famoso cantautor que lleva fallecido desde los 90. Esto ha despertado un debate con muchos ángulos: ¿Es ético hacer esto? ¿Se puede considerar a esa IA “autora” de la obra? ¿Se puede considerar al difunto “autor” de la obra? ¿Las grabaciones de audio pueden dejar de ser pruebas documentales?

Siguiendo en la línea de lo anterior, en Microsoft se les ha ocurrido la idea de poder “recrearnos” después de nuestra defunción a partir de un potaje de datos de nuestras redes sociales. Aunque esta posibilidad ya se trataba en un episodio de “Black Mirror”, en realidad Manuel Bartual ya lo predijo con el Abuelo de “Bienvenidos al Futuro”.

Una de las movidas fuertes de esta semana ha sido ver cómo desde un foro de reddit se podía reventar la estrategia bajista de varios fondos buitre de Wall Street, que han corrido a presionar a la bolsa de valores y las apps de inversión para poner restricciones a la compra de los valores que les estaban haciendo perder millones. Con todo esto resulta evidente que no hay tal cosa como el “Libre Mercado”: simplemente hay gente con mucho capital que diseña y/o manipula las reglas del juego para poder seguir acumulando capital.

También es relevante notar que ya se han vendido los derechos para hacer la película basada en el libro que relatará este asunto, cuando el libro todavía no se ha escrito, y el propio asunto todavía sigue sucediendo.

Uno de los principales youtubers de divulgación científica en español (con más de 1 millón de seguidores) dejará de hacer vídeos profesionalmente porque, aparte de ser poco rentable, la componente aleatoria introducida en el algoritmo de la plataforma desde agosto del año pasado le está provocando efectos psicológicos comparables a los de una adicción al juego: “[Los youtubers] invertimos tiempo y dinero en algo que normalmente nos perjudica, pero que de tanto en tanto nos beneficia mucho, dándonos un subidón de dopamina que nos hace olvidar todo lo que hemos perdido para llegar a ese momento de falsa ilusión, de éxito”, relata el divulgador. “Es exactamente lo mismo que ocurre cuando se aprieta el botón de las máquinas tragaperras o se hace girar la ruleta”, avisa: “Ser youtuber o, especificando más, creador de contenido que depende de esta plataforma para su sustento económico y su realización vital, ha pasado a ser, en términos de salud mental, algo muy similar a ser adicto al juego. Ludopatía en su estado más puro”.

El nuevo disco de Judge Bitch es todo temazos: All Killer, No Filler. La vertiente más heavymetalera del retrowave, a toda máquina.