20200909

En una de nuestras primeras recopilaciones ya recogíamos el artículo “Survival of the Richest”, donde Douglas Ruckhoff ya relataba como una sesión con inversores y emprendedores Tech sobre tendencias futuras a la que le invitaron resultó ser más bien un consultoria sobre como aquellos ricos podian “protegerse para sobrevivir al apocalipsis”: “I find it hard to believe this group of successful technology investors and entrepreneurs were really paying me for legitimate survival strategies so much as to serve as a kind of dungeon master for their fantasy role-playing session. The conversation was almost a form of theater dedicated to developing their collective, mutually reinforcing fantasy.”

En esta nueva continuación de ese artículo, Douglas Ruckhoff reflexiona sobre cómo la pandemia ha acelerado ese comportamiento que vio en aquella sesión (la casi-esperanza de que haya un apocalipsis para que los pudientes pudan aislarse de la gente común) y como, también nosotros, en mayor o menor medida, estamos replicando esas narrativas usando la Covid-19 como excusa: “No matter how many mutual aid networks, school committees, food pantries, race protests, or fundraising efforts in which we participate, I feel as if many of those privileged enough to do so are still making a less public, internal calculation: How much are we allowed to use our wealth and our technologies to insulate ourselves and our families from the rest of the world? And, like a devil on our shoulder, our technology is telling us to go it alone. After all, it’s an iPad, not an usPad.”

Mientras, la tecnología que, en parte, alimenta la fantasía de poder aislarnos y sobrevivir individualmente a crisis como la actual, también está dando lugar a situaciones como ésta. Ya no estamos compitiendo por un puesto de empleo, con su seguridad social, y con una serie de garantías: estamos compitiendo entre nosotros (de formas tan peregrinas como colgar móviles en árboles cerca de los centros de reparto de Amazon) por tener uno o dos repartos de comida/mercancía al día.

Si durante este verano habéis explorado en Instagram algunas ubicaciones vacacionales, habréis encontrado en los resultados de búsqueda muchas fotos de gente (atractiva) y muy pocas de las ubicaciones en sí. En este artículo se refexiona sobre si esto es por nuestro uso de Instagram, por el algoritmo, por las personas y organizaciones que crean el algoritmo, o por todo a la vez.

Parece que Animal Crossing es lo que fue Second Life por allá en 2007.

Debido al declive de audiencia en las religiones organizadas tradicionales, los “consultores de divinidad” han encontrado un nuevo nicho de mercado: las empresas y startups preocupadas por la “experiencia ritual y espiritual” de sus empleados y clientes. Con todo su cuajo.

Nos imaginábamos lo de Uber Eats con vehículos autónomos de otra manera, la verdad.

¿Os acordáis de Blink 182? (ya estamos otra vez dando la brasa con nostalgia de los 90). Su bajista, Mark Hoppus, tiene un proyecto paralelo (más electrónico pero igual de catchy) que se llama Simple Creatures y no está mal.

20200902

¿Pudiera ser que Anonymous no estuvieran muertos, sino que estuvieran de parranda? ¿O su supuesta resurrección es más artificial que otra cosa? Es difícil concluir algo, pero en este artículo se exploran ambas opciones, así como los orígenes del grupo (curiosamente comunes a la actual alt-right via 4chan y foros en su órbita).

Como puede que hayas leído este verano, de cara a un “amañamiento light” de las elecciones Trump le ha declarado la guerra al voto por correo, y en última instancia, al propio servicio federal de correo postal, en un intento de evitar que una porción de los ciudadanos no pueda ejercer su derecho a voto.

En este artículo, además de hablar de los obvios perjuicios al sistema democrático que esto comporta, también se señala una cuestión muy importante: lo fundamental del servicio postal como corazón de la América rural, sin el que miles de ciudadanos quedan aislados o sin acceso a medicamentos y otros bienes básicos: “In 2012, when the Postal Service planned on closing 3,830 branches, an analysis by Reuters showed that eighty per cent of those branches were in rural areas where the poverty rate topped the national average. You know who delivers the Amazon package the final mile to rural Americans? The U.S.P.S. You know how people get medicine, when the pharmacy is an hour’s drive away? In their mailbox. You know why many people can’t pay their bills electronically? Because too much of rural America has impossibly slow Internet, or none at all. These are the places where, during the pandemic, teachers and students all sit in cars in the school parking lot to Zoom with one another, because that’s the only spot with high-speed Wi-Fi.” 

El experimento Finlandés ha demostrado que cuando la gente tiene una renta básica para sobrevivir, su salud mental y física mejora, sus niveles de ansiedad bajan, y nadie deja de buscar empleo o de trabajar (de hecho, el desempleo desciende ligeramente). ¡Qué sorpresa!

Un “2” de más en un conjunto de datos puede dar lugar a curiosidades como esta especie de obelisco gigante en Melbourne (cuando se sobrevuela en Microsoft Flight Simulator, claro está). ¿Un glitch arquitectónico?

La crisis de la pandemia no ha hecho más que acelerar una cambio de paradigma que ya se venía cocinando desde hace tiempo: el de grandes estudios estrenando producciones en cines vs. plataformas de streaming. En este artículo se hace un buen repaso de ambos paradigmas y su contienda: “Theatrical release is no longer the dominant mode of distribution, and movie content is no longer king.”

Ser un poco granuja con protocolos radio no está reñido con los personajes adorables, y este “Tamagotchi for Hackers” es una buena prueba de ello.

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¡Y ser un personaje adorable no es nada fácil! Al menos en Japón, donde el fenómeno Mascot sigue a tope, y donde hasta las fiscalías de distrito tienen su propia mascota. Os hemos dicho ya que sigáis @MondoMascots en twitter, ¿no?

En esta página semi-paródica de Mondo Magazine en 1993, podemos ver la de cacharros (casi todos de Sony, al parecer) que había que llevar encima para poder ser un ciberpunki de PRO. Hoy en dia las llevamos en un sólo dispositivo, con el plus de control e invasión de privacidad de las plataformas (aunque eso, en realidad, también es bastante cyberpunk).

Por aquí ya nos hemos declarado fans de Petros Klampanis alguna vez, y aunque este videoclip no es de ningún tema muy nuevo (es del album lanzado el año pasado) siempre da gusto revisitarlo.

20200805

Esta turbia historia de bunkers militares, proveedores de hosting, Dark web, cibercrimen, y cómo no, narcotráfico, es casi como el Tiger King de los servidores. ¡Disfruten!

En un artículo de William Gibson en 1993 sobre Singapur para Wired, el padrino del Cyberpunk llegaba a escribir que la ciudad era “como Disneylandia, pero con pena de muerte”, o que la ciudad era “micro-dirigida por un estado que tiene el look-and-feel de una gran corporación”. En este artículo, la autora Jerrine Tan (sigapurense que reside actualmente en USA) dibuja la evolución de la ciudad-estado desde entonces, pintándonos un estado hiper-capitalista en el que decrecen las libertades y en el que se arrasan sin miramiento reservas naturales para construir los macro-bio-edificios “verdes y sostenibles” del futuro.

Acutalmente asistimos a una paradoja laboral: si el avance tecnológico ha mejorado la eficiencia y la productividad, ¿por qué las jornadas laborales son cada vez más maratonianas y trabajamos más y más horas a la semana? Y aún más: ¿por qué este fenómeno se da especialmente en profesiones de “conocimiento” (white-collar jobs), y especialmente entre el 20% que más gana de estos sectores, mientras que las profesiones industriales (blue-collar jobs) han sabido defender horarios y jornadas mucho más racionales?

En este artículo se apuntan a varias razones interesantes, entre ellas el hecho de que no todo el tiempo en estas profesiones está dedicado a producir valor, y el cambio que hemos sufrido en nuestra disponibilidad “gracias” al online: “The fact that employees are now always reachable eliminates what was once a natural barrier of sorts, the idea that work was something that happened during office hours or at the physical office. With no limits, work becomes like a football game where the whistle is never blown.”

El problema de organizar comunidades en base a estructuras de autoridad, es que se producen situaciones tan sangrantes como que se censure contenido relacionado con las protestas tras la muerte de George Floyd en un grupo de Facebook formado precisamente para otra minoría que tiene que también tiene que batallar día a día por sus derechos: las  madres en trabajos tecnológicos.

Quizá también tenga algo que ver que la administradora en jefe de dicho grupo de Facebook trabaje como directora de producto para (sorpresa) Facebook Groups. ¿Será que tendemos a replicar en el resto de ámbitos de nuestra vida las mismas estructuras que vivimos en el día a día?

Con el crecimiento actual de población y de consumo de carne, está claro que no tenemos espacio en la biosfera para que todo el ganado necesario pueda pastar, y mucho menos para que puedan funcionar las explotaciones intensivas (feedlots) a base de piensos. En este artículo se exploran algunas alternativas que quizá se conviertan en comunes en el futuro, como la carne clonada de laboratorio, o la hamburguesa a base de harina de bichos. Ya se nos hace la boca agua.

En esta columna se resumen muchas de las razones por las que creo que Halt and Catch Fire es de la television mejor escrita y actuada de los últimos 10 años: “Porque aunque Halt and Catch fire es una serie de “tema” es, sobre todo, una serie de personajes, y más aún, de relaciones entre estos personajes. De lo difícil que es que la amistad o el amor sobrevivan cuando se comparte despacho. De lo que significa tener como único talento reconocer el talento ajeno; o de no saber convertir ese talento en dinero si no es con pactos fáusticos. De tener que estar reinventándose cada cinco años. (…)
Todo parecía posible en aquella primera internet, y no existía aún un futuro predeterminado de influencers de Instagram y algoritmos que supieran cómo modular nuestras opciones políticas, de consumo, e incluso afectivas y sexuales. Probablemente ese futuro nunca estuvo en las cartas, pero en Halt and Catch Fire vemos cómo lo que parecen ser pequeñas decisiones –hacer que un ordenador hable, construir otro a partir de piezas genéricas– alteran no sólo una industria sino toda la sociedad.”

Ya sé que esta entrevista no tiene nada que ver con tecnología, ni con el futuro, pero no me he resistido a enlazarla porque en ella, Leland Sklar (bajista legendario con más de 2.000 discos y 30.000 temas grabados a sus espaldas para, entre otros, James Taylor, Phil Collins, o Toto) da verdaderas perlas sobre el rol del bajista en el escenario y en el estudio: “‘I really admire all your facility and your dedication but the one thing I hardly see anybody doing in any of these video’s is play a song. They’re just slapping as fast as they can and doing this technical stuff that really doesn’t get you a job. It maybe impresses your family and your friends but no-one is gonna hire you for this stuff.’ So you gotta let the song tell you what it wants and if it’s a simple part, play it simply. Just support the song. If it’s fusion or something like that, you get called to do a project, you wanna have the chops to do it. But I really let the song tell me what it wants. That to me is the most critical thing.”

Lo bueno de ese puzzle es que da igual cómo lo montes: todos los pequeños vecinos de su interior seguirán sufriendo la bota de un estado policial autoritario de europa del este.

Claudio Simonetti ha re-formado la banda de rock progresivo Goblin, que en los 70 dieran maravillas como la banda sonora de la película de terror Profondo Rosso, bajo la marca “Claudio Simonetti’s Goblin”, y está lanzando material original nuevo.

20200729

Durante más de un año, una agencia rusa de diseño ha convertido en “viral” a su diseñador estrella, quien no era más que una red neuronal entrenada para generar ideas de posibles logotipos.

Viendo el aspecto visual de las creaciones, parece que todavía queda trecho hasta que una IA puede llegar a sustituir a diseñadores humanos. Al fin y al cabo, los logos eran para el mercado Ruso, que parece tener sus “peculiaridades” al respecto.

Y siguiendo con el tema de los Modelos Neuronales creativos, Open AI ha lanzado hace poco la nueva versión de su modelo de lenguaje natural: GPT-3. Aunque en este artículo no se hace mención a nuestra aplicación favorita de GPT-2 (AI Dungeon, cuya versión premium también funciona ya con GPT-3), los primeros experimentos con la API de GPT-3 que Open AI está empezando a abrir son sorprendentes: desde crear tablaturas de guitarra a escribir código JSX para web con descripciones textuales (“Una landing page con 3 botones, por favor”).

En todo caso, como los habituales de AI Dungeon bien saben, está claro que los resultados del sistema son más divertidos que útiles, y que queda mucho para poder tener outputs coherentes (suponiendo que tal cosa sea posible para una IA): “But GPT-3 often spews contradictions or nonsense, because its statistical word-stringing is not guided by any intent or a coherent understanding of reality. “It doesn’t have any internal model of the world, or any world, and so it can’t do reasoning that would require such a model.”

Y para despistar a otro tipo de algoritmos (los de reconocimiento facial), sin dejar de lado la creatividad visual y artística, es para lo que ha nacido CV Dazzle. Cyberpunk 100%.

Con su clásico “1984”, Orwell diseccionó de forma brillante los mecanismos de los estados autoritarios para perpetuarse someter a la población, y sobre todo, mostró de forma brillante cómo el poder y la autoridad son un fin en si mismo, que tiene en el dolor inflinjido su única medida posible: “The rulers of Orwell’s State know that power in its pure form has for its true end nothing but itself, and they know that the nature of power is defined by the pain it can inflict on others. They know, too, that just as wealth exists only in relation to the poverty of others, so power in its pure aspect exists only in relation to the weakness of others, and that any power of the ruled, even the power to experience happiness, is by that much a diminution of the power of the rulers.”

Aun así, construir y mantener una dictadura autoritaria como la descrita por Orwell implica cantidades ingentes de trabajo y coordinación. Por suerte para los aspirantes a Gran Hermano, en Rusia Vladimir Putin ya lleva años ensayando aproximaciones más “baratas” de conseguir esto, y su alumno aventajado Trump ya las está poniendo en prática en Portland: “Welcome to the world of performative authoritarianism, a form of politics that reached new heights of sophistication in Russia over the past decade and has now arrived in the United States. Unlike 20th-century authoritarianism, this 21st-century, postmodern influence campaign does not require the creation of a total police state. Nor does it require complete control of information, or mass arrests. It can be carried out, instead, with a few media outlets and a few carefully targeted arrests.” 

“The attack on demonstrators in Portland is like that: a performance designed to show just how much Trump dislikes “liberal” Americans, “urban” Americans, “Democrat” Americans. To put it differently (and to echo my colleague Adam Serwer): The chaos in Portland is not an accident. The chaos is the point.”

En USA, al no haber prácticamente sistema público de sanidad, casi todos los tests de coronavirus los están haciendo clínicas privadas. Las clínicas pequeñas-medianas, en vez de comprar el software que conecta sus sistemas de información con hospitales (que ronda los 5000$), siguen mandado todos los resultados por fax (que sí que cumple con las normativa de privacidad).

El resultado: montañas y montañas de papeles, datos sobre tests incompletos, duplicados, o dirigidos al departamento inadecuado. Consolidar y corregir estos datos está llegando a costar hasta 14 o más días, en una situación crítica donde la curva de contagios en USA está descontrolada.

¿No era lo privado una garantía de “innovación” y de “eficiencia”? Parece que en este caso, todo lo contrario.

La prática del “Randonauting” (generar coordenadas aleatorias próximas a tu ubicación, e ir andando hasta ellas) parece una manera divertida de prestar más atención a tu entorno local/barrio, y de estimular la generación libre de ideas o de conexiones. Eso sí, cuando los creadores de la app se ponen a hablar de “aleatoriedad cuántica” y de cómo la intención humana “puede influirla”, el tema ya se pone bastante más magufo.

Esta banda de rock psicodélico/progresivo cambió los trastes de sus guitarras y bajos con la disposición de una Baglama Turca (más o menos), y el resultado te sorprenderá.

20200722

Una de cada cuatro cuerpos de seguridad del estado en USA pueden usar (y probablemente están usando activamente) tecnologías de renocimiento facial para identificar a protestantes durante las manifestaciones tras la muerte de George Floyd. Aunque IBM decidió dejar de ser proveedor en este campo, y Amazon ha aplicado el “parche” de no vender servicios de reconocimiento facial a cuerpos de policía durante un año, otros proveedores no tienen reparos en seguir trabajando con ellos.

Todo esto, junto a las detenciones aleatorias de manifestantes (o de peatones) que agentes sin identificar están llevando a cabo con vehículos particulares en Portland, hace que el futuro cercano de USA tenga bastante mala pinta. Y que no cojan ideas los países de aquí.

¡Y hablando de países de aquí! Obviamente, no está demostrado que un gobierno Ruso, o del PP, o del PSOE, .. o del PdeCat (que me parecería perfectamente posible) fuera el que plantara la aplicación espía en el teléfono de Torrent. Aunque quizá en NSO sí que lo sepan. Aun así, que un Estado sea cliente habitual de NSO Group (y anteriormente del Hacking Team) pues ya nos da cierta estética de la praxis democrática en ese Estado.

El incidente más sonado de la semana pasada fue, sin lugar a dudas, el ataque que sufrieron múltiples cuentas en Twitter de personalidades y compañías como Elon Musk, Obama, Joe Biden, Bill Gates, Apple, o Uber. El culebrón e intrahistoria se complica, más cuando es posible que empleados de Twitter hayan colaborado desde dentro para hacerlo posible.

Señora J.K. Rowling y compañía: que ustedes hablen de lo que les apetezca y haya gente que opine que ustedes son tránsfobos o racistas, en vez de otorgarles los tradicionales aplausos y palmaditas en la espalda a los que ustedes están acostumbrados, no es “la muerte de la libertad de expresión”. Es, precisamente, lo contrario.

Este extracto de “Broad Band: The Untold Story of the Women Who Made the Internet”nos trae un poco de intra-historia sobre “Colossal Cave” (el primer videojuego de aventura conversacional de la historia), su relación con la Mammoth Cave, y el papel de Patricia Crowther en su ideación/inspiración.

Esta escultura procedural en realidad aumentada es muy ciberpunki y lo mola todo.

Amon Tobin se ha sacado de la manga otro proyecto más (ya van unos cuantos), esta vez junto a Sylvia Massy (productora de Tool, Prince, Red Hot Chili Peppers, o Johnny Cash). En este caso no sé si llamar a esto prog-rock, electro-folk, o qué, pero la cosa promete.

20200715

Uno de las señas de identidad de la guerra cultural que lleva librando la alt-right desde hace unos años es dibujar a los colectivos más privilegiados como víctimas de la “persecución” y de la “opresión” de minorías o del resto de la sociedad. Véase: inversores millonarios de Silicon Valley montando un drama porque el periodismo, y parte de la sociedad, cuestiona cada vez más sus actitudes y modelo económico, en vez de seguir dándoles palmaditas en la espalda.

En este caso concreto, la excusa para la polémica ha surgido desde la comunidad “racionalista” de Internet. Como se relata en este artículo del New Yorker, si bien muchos de los valores y metas de los “racionalistas” (sí, lo voy a poner siempre entre comillas) son bastante loables (argumentos con datos, intentar auto-analizar los propios sesgos), la comunidad también ha contribuido en parte a dotar de legitimitad (pseudo-)intelectual a idearios racistas, misóginos, o hiper-capitalistas. También es, en muchas ocasiones, un ejercicio de auto-ficción.

Del Open Technology Fund ha salido financiación para herramientas de privacidad tan interesantes como la red Tor o Signal. Pero el Cleptócrata en Jefe de USA ya se está encargando de renovar la cúpula directiva y de eliminar el acceso por concurrencia competitiva a esas lineas de financiación, para así poder colocarlas a los amiguetes.

En cuanto a privacidad, los SOLID pods es la solución en la que Tim Berners-Lee (el creador de la World Wide Web) anda metido actualmente. Se trataría de un forma de estandarizar la propiedad de nuestros datos en Internet y de tener el control de a quién, para qué, y durante cuánto damos acceso a estos datos.

Está claro que todo el mundo de la cultura, especialmente el de las artes escénicas, está pasando por una crisis debido a la pandemia. Esto incluye también al periodismo cultural, y en este artículo se apunta a que, en parte, esto también se debe a que se sigue teniendo una concepción muy decimonónica (y pedante) de lo que es cultura y de lo que (supuestamente) no lo es.

Paul Verhoeven siempre ha dicho que con Starship Troppers pretendía hacer una sátira sobre fascistas que no son conscientes de su fascismo. La película hace esto de forma tan sutil que a veces es muy difícil diferenciar sátira de blockbuster, pero quizá en el momento político actual todo salta más a la vista: “Viewers see the future through their eyes, and it’s one forged on the equitable distribution of violence. Voting is violence, and those who use actual force are the only ones qualified to exercise that privilege. Women and men are equals in this militaristic future: they bleed the same, play on the same arena football teams, and buy into the jingoistic propaganda with equal enthusiasm. They don’t question their roles, the war they fight in, or the fascistic nature of their government, their uniforms, their attitudes.”

10 años de nuestra estrella más cercana en 1 hora: espectacular y extrañamente relajante.

¿Se puede usar un Teleobjetivo Canon con la cámara de la Game Boy? Los expertos dicen: pues claro que sí.

Este video es una explicación muy didáctica de un pequeño accidente que daría forma al sonido mágico de los 80: el Gated Reverb en las baterías, descubierto por casualidad durante la grabación del tercer disco en solitario de Peter Gabriel.

Y el ultimo álbum de The Midnight es justo eso: pura magia, directa desde los 80.

20200708

El artículo con el que abrimos esta semana es largo, pero es que aquí hay mucha tela que cortar. Esta historia sobre un culto dirigido a artistas musicales incipientes tiene todo lo que ha de tener un secta de la era digital: desde redes sociales, marketing de influencers, pseudo-activistimo falsamante anti-racista, crowdfunding, estafa, o dietas alternativas, a semi-esclavitud, paramilitaridad, prostitución, ingesta de fluidos corporales, mendicidad, civilizaciones extraterrestres, y, cómo no, su propia criptomoneda.

Al final, los cultos/sectas son lo mismo de siempre, una y otra vez: “In her 2016 book Terror, Love, and Brainwashing, Stein outlines some of the characteristics that define high-control organizations: a totalizing belief system that hinges on good-versus-bad, us-versus-them thinking; thought-stopping buzzwords that gloss over complex realities; members who become increasingly isolated from their friends, families, and former selves; the belief that any single person holds the answer to all of the questions of existence — and on that basis, has the right to dictate every aspect of yours.”

Nos extrañamos de que no haya mujeres en la industria del videojuego, y a lo mejor es porque no pueden ni siquiera jugar tranquilas a un juego online (en el que los avatares son un casco y unas manos flotantes) sin sufrir algun tipo de acoso.

Quizá el termino “futurólogo” es desafortunado, pero el resto de la entrevista donde la gente de Postfuturear  y del CPPFS hablan sobre la disciplina de la Prospectiva, es super-interesante.

Pues ya lo tenemos aquí: algoritmos de reconocimiento facial en el supermercado de tu barrio. Las explicaciones por parte de Mercadona dejan bastante que desear, y son bastante contradictorias. Aunque el algoritmo, supuestamente, ha de “detectar, única y exclusivamente, la entrada de personas con sentencias firmes y medida cautelar de orden de alejamiento”, esto no puede funcionar sin construir una base de datos de “sentenciados” y consumidores con la que comparar el rostro de todo el mundo que entre en el supermercado, por mucho que en Mercadona digan que no guardan información adicional y “que el proceso son 0.3s”.

Sin duda, el lanzamiento espacial de SpaceX es un hito para toda la humanidad (y que conste que lo decimos sabiendo que el cotarro está las en manos privadas de quién está). Pero es dificil de defender que estos logros nos unen más como especie y difuminan las fronteras (nacionales, sociales, y económicas), cuando la desigualdad y el racismo campan todavía a sus anchas en buena parte del mundo.

Los juegos de fantasía, que son parte fundamental de la cultura, son un circuito de realimentación bidireccional: reflejan modelos mentales de nuestra realidad, pero también los asientan y los hacen posibles. Por eso, la decisión del equipo creativo de Dungeons & Dragons de que no haya razas inheremente malvadas ni bondadosas, me parece un paso en la buena dirección. Y a quién no le guste, tiene fácil remedio: seguir jugando como siempre ha jugado, y ya está.

Esta semana nos dejaba un maestro, así que hacemos un pequeñito homenaje cerrando con una de sus piezas más emocionantes (a nuestro parecer): The Ecstasy of Gold.

20200701

Se veía venir: el gobierno Chino ya está aprovechando para mantener indefinidamente algunas de las medidas de control desplegadas durante la pandemia. Como en todo lo que hace el gobierno chino, el respeto a los derechos y privacidad personales de sus ciudadanos brilla por su ausencia.

Quizá no sería tan grave si la app en cuestión se limitara a indicadores sanitarios, pero cuando los hábitos personales (lo que has comido, bebido, andado, dormido) forman parte de esa “puntuación” de salud, ya se huele que esto va más de controlar a la población que de una sincera preocupación por su salud.

Aunque, bueno, en otras partes no hace falta ningún gobierno autoritario para recopilar millones de datos personales (el rostro es un dato personal, como cualquier otro). Basta con hacer una app graciosa, que ya nos la instalamos todos y compartimos las fotos en las stories.

Durante los primeros meses de la pandemia en la que seguimos metidos,  además de las trágícas consecuencias en vidas humanas, también hemos asistido a un evento singular e histórico: el de casi toda la humanidad restringiendo simultáneamente su movilidad y actividad por el confinamiento.

Esta es una oportunidad única para que científicos y biólogos puedan estudiar los efectos de nuestra “antropo-pausa” (como la llama este artículo) y cuantificar nuestro efecto real sobre el entorno y los animales. Aunque para poder hacerlo, hace falta más apoyo y financiación para este tipo de investigación.

Con este artículo he empezado a descubrir un poco la inquietante realidad de las operaciones rusas de ciber-desinformación. Al GRU (el servicio militar de inteligencia ruso) y a la “Internet Research Agency” (la organización Troll profesional vinculada al gobierno de Putin), se añade una organización más, centrada especialmente en crear tensiones entre países europeos, y que hasta ahora había pasado bastante desapercibida: Secondary Infektion.

Lo que está claro es que hace años la ciberguerra quizá consistía en ataques DoS, virus, exploits, y vulnerabilidades de software, pero cada vez más consiste en desinformación, fake news, bulos, y bots en redes sociales que influyan en la opinión pública.

Quizá el colmo del capitalismo ya no sea trabajar haciendo repartos, sin contrato, sin seguridad social, de forma precaria y sin ningún tipo de garantía. Quizá el colmo es que alguien capture con bots los slots horarios para hacer esos repartos, y te los revenda.

A mitad de los 90 la industria del cine descubrió que existía Internet y la Web, y de esa fiebre de ciber-cine salieron producciones muy chulas, muy disparatadas (sí, estamos hablando de “Hackers”), y en general, muy poco rentables para los estudios.

El pasado sábado se estrenó en Netflix la temporada final de DARK, y me fumé los 8 episodios en menos de 48 horas. DARK es quizá la mejor ciencia-ficción que se ha escrito con viajes en el tiempo: un complejo puzzle multi-capa donde todos los sucesos, personajes, y emociones, están trágicamente conectados y medidos casi al milímetro.

(Cuidado que en el artículo hay algun spoiler de la 3ª temporada).

Para celebrar el 40 Aniversario del álbum “Permanent Waves” (discazo), desde Rush lanzan un nuevo videoclip animado para “The Spirit of Radio”, que contiene varios homenajes al recientemente fallecido Neil Peart. Por aquí hemos lagrimeado, que se sepa.

20200624

La industria de los cruceros (al menos, la de USA) es, en cierto modo, un modelo en miniatura del país que le gustaría construir a Trump: poblado de señores blancos de mediana-tercera edad consumiendo todo el tiempo, gobernado por corporaciones que evaden impuestos y esquivan regulación laboral, con trabajadores precarios y preferentemente inmigrantes, seguridad privada que colabora en el encubrimiento de agresiones sexuales, poca y mala sanidad, y especialmente vulnerable a pandemias como la del COVID: “The cruise ship outbreak was the American pandemic in miniature; the virus fed off the inequities and deficiencies of health, labor, and housing systems. Cruise ships, with their Parasite-like layering of workers and pleasure seekers, are like massive floating models of extreme inequality, of what a society looks like when its leaders cut the “social” out of the social contract.”

Y, como relata el artículo, no es sorprende que Trump sea amiguísimo del dueño de una de las principales compañias de cruceros de USA (Carnival): los Cleptócratas funcionan así: Of course Donald Trump and Micky Arison, chair of the world’s largest cruise company, are friends. It would almost be weird if they weren’t: two hospi­tality billionaires who inherited their fathers’ businesses and have a passion for tax avoidance and a flair for showmanship. They go way back. Trump attended a Heat game with Arison in 2005, the same year Carnival hosted an Apprentice-themed cruise.”

La semana pasada, varias mujeres acusaron a Warren Ellis de un comportamiento predatorio tristemente común en las industrias del entretenimiento: el de usar su posición de influencia para, de forma sistemática, encontrar mujeres mucho más jovenes que él con proyectos artísticos, formar relaciones de “mentor-protegida” para “ayudarles a entrar en la industria”, y continuamente traspasar los límites de esta relación para poder acosarles con guarradas por chat y ejercer manipulación emocional sobre ellas. Y cuando esto comenzaba a ser aburrido, pues a por la siguiente.

Tengo todas las novelas y buena parte de los comics de Warren Ellis, y hasta ahora lo admiraba bastante, pero conforme leía las declaraciones de @katiewest, @theremina, @zoetica, y otras tantas, más me cuadraba todo. Sigo en twitter a Warren Ellis desde hace más de 10 años, y me sonaban todos los nicks de ellas porque Ellis las ha ido mencionando o publicitando en diferentes epocas, nunca a la vez. Las gracietas de “soy un viejo verde que va tras jovenes góticas”, a lo mejor no eran bromas. La no-disculpa que Ellis publicó en twitter fue doblemente decepcionante, y exactamente igual a un montón más de no-disculpas que hemos visto durante el #MeToo.

Y todo esto es el disgusto, tristeza, y decepción de una persona random (yo) que leía sus novelas y cómics. Imaginad cómo se han sentido y se sienten sus víctimas, las que le han tenido que sufrir.

Como apunta el autor de este artículo, antiguo parroquiano del foro que tuvo Ellis en Internet durante los 90, quizá teníamos todas las pistas de esto delante nuestro y mirábamos para otra parte. Esperábamos mucho más de tí, Warren.

En otro orden de cosas, ya te puedes comprar tu propio Boston Dynamics Spot por el precio de un coche caro (alrededor de 70,000$).

Hay mucho potencial de aplicaciones, positivas y negativas. Lo preocupante, quizá, es que tampoco va a haber un control en la práctica para evitar las negativas: “Perry says that Boston Dynamics will enforce a code of use for the robot: no weapon attachments and no use cases that can “harm or intimidate” people. But like any firm selling its wares online, it has no real way of stopping malicious uses once the robot is out of its hands. This is true of many technologies, of course — from drones that are turned into remote bombs to 3D printers used to make untraceable firearms for criminals.”

En este artículo me he dado cuenta de que no soy el único que alucina con la actitud de bastante gente, que parecen creer honestamente que la crisis de la pandemia ya ha terminado, cuando a mí me parece que, siendo optimistas, hemos pasado el 20% de lo que queda de todo esto. En este ciclo hiper-acelerado de información en el que vivimos, me da la impresión de que ya no olvidamos las crisis tras sobrevivir a ellas, si no que las estamos olvidando cuando aún estamos en plena crisis.

Pero también, como se comenta en esta columna, tampoco sabemos las historias detrás de los demás. No sabemos si han tenido que estar en primera línea mientras los demás estábamos en casa, o cómo ha afectado la crisis a su salud mental y a la de su entorno, o si salir a la calle a hacer cosas es la única via de escape que les queda para no reventar. En fin, pinta todo complicado.

Pero como el ejercitar el cuerpo no está reñido con mantener la seguridad, soluciones como las de este gimnasio en California también hace que pensar que se puede volver a disfrutar de cosas a la vez que se tiene en cuenta la seguridad de los demás.

De alguna manera nos las hemos arreglado para entrenar a un sistema de Inteligencia Artificial para que concluya que “Hombre es a Programador, como Mujer es a Ama de Casa”. Será que estos programas sólo pueden hacer una cosa: aprender de nosotros. Y que nosotros todavía somos bastante machistas.

No llegaron a suceder finalmente, pero vale la pena contemplar estos prototipos de dispositivos Apple de los 80 simplemente por su valor artístico.

Yo no conocía la historia de Toni Genil y los macarrones que le cocinó a Michael Jackson, pero todo es posible.

20200617

La industria del desarrollo de software (sector que, para bien o para mal,  en esta recopilación conocemos intimamente ) ha sido uno de los que quizá haya sido menos afectado por la pandemia, y uno de los sectores donde es más natural la transición al trabajo en remoto. De hecho, esta transición ya venía dándose desde hace varios años, y la crisis del Covid no ha hecho más que acelerarla.

Esta transición a lo remoto tiene, desde luego, ventajas para trabajadores y empresas, pero si gigantes como Facebook o Google están apostando súbitamente por el remote-first no es únicamente por una honesta preocupación por la salud de sus empleados, sino porque un entorno remoto también permite deslocalizar puestos de trabajo hacia países con menores salarios, y desincentiva la organización colectiva de los empleados.

Como se apunta en el artículo: “I believe one of the more subtle impacts of this new way of working will be the tech workers losing some of the leverage they have over their employers. This will result in the further commodification of tech work, potentially less collective action by employees, and probably lower the salaries in the long run. Put another way, the technology industry will soon get a taste of what has been going on in other industries.”

Y de desincentivar la organización colectiva de los trabajadores, en Facebook saben un rato. Tanto que, en la presentación de ventas para Facebook Workplace (la versión de Slack de Facebook), se vende como ventaja para la empresa cliente la capacidad de censurar palabras en el chat corporativo de la empresa. La primera palabra a censurar que aparece en la presentación de ventas de Facebook, es, por supuesto, “unionize” (afiliarse a un sindicato, en español). Se puede decir más alto, pero no más claro.

Como en esta recopilación no queremos dar la impresión de ser unos neo-luditas odia-empresas (guiño guiño), también nos parece importante contar cuándo una gran empresa toma decisiones éticas acertadas. Habrá que ver las medidas concretas que adopta IBM, pero de momento, el hecho de dar un paso adelante como éste ya dice mucho.

Una interesante mirada a la situación del sector cultural,gravemente tocada tras la crisis de la pandemia, y cómo, intentando sobrevivir, quizá se va a terminar beneficiando todavía más a las plataformas que ya hiper-concentran el consumo cultural y de industrias creativas (Youtube o Netflix).

No sé si serán los mejores momentos, pero la recopilación de novelas está bastante bien (si el seleccionado de Ursula K. Le Guin es “Los Desposeídos”, esto siempre suma puntos).

Me ha dejado flipado descubrir que el Grid Compass se lanzara en una fecha tan temprana como 1982, cuando viéndolo ya es evidente que adelanta muchísimo de los portátiles que usamos actualmente. El invento costaba la friolera de 20,000 dólares (de los de entonces), lo cual explica que no llegara al gran público y se usara sobre todo en entornos como el ejército o la NASA.

Esta cover me ayudó a descubrir “Airwolf” la semana pasada. Creo que la serie no se llegó a emitir en España, pero parece una valiosa aportación a aquel género que causó furor en los 80: el delas seriescon vehículo.